Cosmólogos contra ontólogos, sin ángeles de por medio
La bolsa atraviesa una curiosa situación, en la que los inversores particulares parecen haber adoptado una postura mucho más optimista que los operadores profesionales. Mientras para los primeros el leve repunte de ayer significa que el análisis técnico -con su previsión de bajada momentánea- no se va a cumplir, los segundos mantienen sus grandes reservas para los próximos días.Esta última posición, sin embargo, necesita ciertas matizaciones. Para los chartistas (que utilizan un método de previsión que ha demostrado funcionar bastante bien en los mercados de futuros, y cuya aplicación a las bolsas de valores, especialmente las españolas, presenta muchas dificultades adicionales) el mercado continúa inclinándose hacia la cota del 107%, debido, según las reglas del análisis técnico, a que cuando el índice general no puede traspasar durante dos días seguidos un determinado nivel, debe descender un tercio de la última subida registrada.
Paralelamente, la polémica entre optimistas y -digamos- menos optimistas se centra en el comportamiento de las compras a crédito. Aunque nunca puede saberse -porque, incomprensiblemente, no se hace público- el saldo vivo de estas operaciones, algunos expertos estiman que éstas deben situarse en torno a 2.000 millones de pesetas. Para unos, la mayor parte de este dinero ya ha sido cancelada. Para los otros, aún queda en manos de los operadores la mayor parte de esta cifra. "Un dinero que quema en las manos", como expresó gráficamente un experto.
Si se hace caso de esta última hipótesis, el viernes llegará el momento de renovar estas operaciones, por lo que algunos analistas esperan ese día con cierto temor. Hoy, según estos mismos analistas, el mercado proseguirá con la contención, pero ¿qúe ocurrirá mañana?
En todo caso, unos y otros coinciden en que la bolsa mantiene la tendencia alcista a medio plazo, con la posibilidad de que el primer trimestre finalice con una ganancia en tomo al 15%. La polémica, afortunadamente, se centra sólo en lo que puede suceder durante las jornadas inmediatas.
La controversia, vista desde fuera, tampoco ofrece mayores soluciones. Por una parte, la ganancia de ayer, más simbólica que otra cosa, se debió al comportamiento de Telefónica, que otra vez ganó 1,5 enteros y que viene recogiendo un significativo volumen de dinero: más de 600 millones en contratación directa y más de 32 millones a crédito en la sesión del martes. Por otra parte, los volúmenes efectivos de contratación no están flexionando a la baja, tal y como habían previsto los menos optimistas: 2.505,9 millones en acciones y 167,5 en compras a crédito, también en la sesión del martes. El tiempo dará la razón a quien la tenga, y rápidamente, que no es poco, aunque es previsible que el mercado entre en una situación irregular durante el resto de la semana.
Mientras, el corro bancario prosigue atrayendo indirectamente cierta atención. Los operadores consideran que el inicio de las juntas de accionistas este fin de semana pueden marcar un cambio de orientación en el corro. Precisamente ése puede ser el balón de oxígeno que necesita la bolsa para romper de una vez el 111 % y ponerse en esa anhelada posición que los técnicos denominan subida libre.
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