Los dirigentes socialistas temen el estallido de nuevos conflictos en el partido
El espectáculo de división ofrecido a lo largo del IV Congreso del Partido de los Socialistas de Galicia, concluido con un 70% de abstenciones a la hora de votar la nueva ejecutiva regional, puede reproducirse en algunos otros de los 14 congresos regionales del PSOE cuya celebración está aún pendiente, según creen medios de la dirección nacional del partido. Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria y tal vez Valencia son algunos de los puntos que podrían resultar presuntamente conflictivos.
Cientos de agrupaciones locales socialistas celebran en estos días reuniones preparatorias de los congresos regionales, en los que se prevé una importante renovación del aparato dirigente del partido. Se calcula que una media docena de secretarios generales regionales sería sustituida en estos congresos, en varios de los cuales no faltarán -admiten los medios antes citados- duras pugnas por el poder. Además, los resultados de estos congresos pueden condicionar la remodelación en varios Gobiernos autónomos, como el andaluz, en virtud del deseo de incompatibilizar al máximo las funciones en la Administración y en el partido.El nuevo secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, ha comenzado a comprobar que no todo es bonanza en la herencia recibida de su antecesora, Carmen García Bloise. Aunque medios de la ejecutiva federal aseguran que "lo peor ya ha pasado", refiriéndose a la tradicional división -no privativa de los socialistas- existente en Galicia lo cierto es que los conflictos sectorializados en el interior del partido en el Gobierno son relativamente frecuentes.
El siguiente congreso regional socialista, que tendrá lugar en Tenerife, apenas presenta otra incertidumbre que la de saber si finalmente el presidente del Gobierno autónomo, Jerónimo Saavedra, se mantendrá o no también al frente del partido como secretario general o pasaría, como desea, a ocupar la presidencia del PSOE canario para evitar la duplicidad de funciones. No obstante, parece muy difícil que los tres principales barones socialistas -el andaluz José Rodríguez de la Borbolla, el valenciano Joan Lerma y el madrilepño Joaquín Leguina, presidentes de sus respectivas comunidades autónomas- abandonen las secretarías generales de sus organizaciones partidarias. La incompatibilidad Administración-partido no afecta a los jefes de Gobiernos autonómicos y tampoco al presidente y vicepresidente del Gobierno central.
Tampoco el actual presidente de la Junta castellano-leonesa, Demetrio Madrid, parece dispuesto a abandonar la secretaría general regional cuando, el próximo mes de marzo, se celebre en León el congreso correspondiente. Sin embargo, la oposición que encontrará para obtener su reelección será cerrada (se habla ya de la existencia de otras dos candidaturas).
Una muestra del clima previo al congreso existente en la región la da el hecho de que la ejecutiva federal acaba de fallar en contra de la pretensión de Demetrio Madrid de modificar la fórmula de representación de las agrupaciones.
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