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Entrevista:

"1985 va a ser un año económico difícil"

Los agentes de cambio y bolsa de Madrid se reunieron ayer en el edificio de la plaza de la Lealtad para renovar la mitad de su junta sindical. Como ya estaba previsto, Manuel de la Concha fue reelegido síndico presidente, cargo que desempeña desde 1981, al no presentarse una candidatura alternativa. De la Concha, de 50 años, se define como "optimista por naturaleza", y está convencido de que la política socialista, tanto la económica como la monetaria, ha favorecido la inversión bursátil, pero eso no le impide afirmar que el presente año va a ser difícil desde un punto de vista económico.

Pregunta. Las lenguas viperinas afirman que su reelección se debe en buena medida a la amistad que le une con Mariano Rubio, gobernador del Banco de España y máxima autoridad monetaria.Respuesta. No creo que se trate de una cuestión de amistad Desde que desempeño este cargo he procurado trabajar en serio por mejorar el funcionamiento exterior e interior de la bolsa Además, he tenido suerte en que estos cuatro años hayan coincidido con un alza fuerte del mercado bursátil que ha supuesto la consolidación del mercado de valores, al mismo tiempo que se abrían los de pagarés de empresa y del Tesoro.

P. ¿Podría ser ése el resumen de estos cuatro años de trabajo?

R. En 1981 estábamos en plena dialéctica de la reforma bursátil. Ahora ya se ha realizado una reforma sustancial. No existía una legislación que amparase a los pequeños ahorradores. Ya se han creado las sociedades de agentes y se ha avanzado muchísimo en la información de las empresas, que era una necesidad imperiosa. Además, nuestra bolsa era la única de Europa que sólo realizaba operaciones al contado y hoy existe la posibilidad de operar a crédito... Y se han creado esos nuevos mercados de letras, de pagarés del Tesoro y de empresa. A nivel de gestión interna, contamos con un nuevo equipo directivo que se ha ocupado de la renovación informática y hoy estamos, a la cabeza de Europa en algunos de estos aspectos. Bien es cierto que el clima político y económico de este período ha permitido el incremento de la actividad bursátil, pero si no hubiéramos estado preparados no habríamos podido hacer frente a las nuevas demandas.

P. Es decir, que la política socialista, tanto la económica como la monetaria, han favorecido la inversión bursátil.

R. Por supuesto, aunque sólo existe un punto negativo: el tema fiscal. Se mantiene la supresión de la desgravación por compra de valores en el mercado secundario, lo que distorsiona las ampliaciones de capital, es decir, el mercado primario. Este año se registra el caso insólito de que las acciones nuevas están más caras que las antiguas. Eso desincentiva al mercado en general, ya que uno y otro están interrelacionados y sus precios se determinan conjuntamente. En cuanto al tratamiento fiscal para las acciones nuevas, tiene algún tipo de influencia positiva, pero no toda la que debería.

P. ¿Las ideas nuevas que piensa poner en marcha en el próximo período presidencial tienen en cuenta estos planteamientos?

R. No son ideas exactamente nuevas; más bien son la continuación del largo proceso de consolidación que emprendimos en 1981. Por una parte, es necesario aumentar el papel de la bolsa como intermediario financiero; hay que atacar la descapitalización bursátil causada por la salida de empresas (bien porque han tenido que dejar de cotizar o bien porque se han fusionado o simplemente desaparecido). No podemos olvidar que de las 500 primeras empresas españolas solamente 150 están presentes en la bolsa y representan el 90%. de la contratación efectiva. En este sentido hay que acometer la apertura del segundo mercado para pequeñas y medianas empresas, lo que permitirá acercar este tipo de sociedades al mercado de capitales.

Para ampliar el mercado también hemos pensado revisar el procedimiento de contratación y realizar los primeros ensayos de contratación continua a lo largo de toda la mañana. También debemos realizar nuevos esfuerzos en el mercado de obligaciones. Tampoco podemos olvidar la creación de sociedades instrumentales de agentes, que deben de cumplir un papel semejante al de los brokers de los mercados extranjeros.

P. Los analistas afirman con frecuencia que "sin banca no hay bolsa". ¿En qué medida les afectará a ustedes el saneamiento que se anuncia para el sector?

R. Diversos portavoces bancarios ya han señalado que las cuentas de resultados de estas entidades reflejarán este año un descenso. La bolsa existiría aunque no hubiera bancos, pero éstos, aunque su peso en el mercado bursátil ha disminuido sensiblemente en 1984, continúan siendo muy importantes para nosotros.

P. ¿Y la influencia del proceso de reconversión y reindustrialización de algunos sectores con significativa tradición bursátil?

R. La situación de los sectores en reconversión ya estaba descontada en la bolsa. La actuación del Ministerio de Industria en este terreno, por consiguiente, aunque no nos afecte directamente sí influirá positivamente en las empresas que aún mantienen su cotización. Otro caso paralelo, la reestructuración del sector eléctrico, ha sido uno de los grandes dinamizadores de la contratación bursátil.

P. La bolsa, por consiguiente, no puede olvidarse de la coyuntura económica que vive el país.

R. Naturalmente. Yo soy optimista por naturaleza, pero hoy soy optimista apoyándome en los hechos. España ha obtenido éxitos importantes en varios terrenos, pero el año 1985 no va a ser fácil, porque los desajustes requieren sacrificios para todo el sistema económico.

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