Dos latinoamericanos a sueldo asesinaron a Brouard, según la investigacion judicial
Dos latinoamericanos que actuaron a sueldo fueron los autores materiales del asesinato del dirigente de la coalición abertzale Herri Batasuna Santiago Brouard, ocurrido el 20 de noviembre pasado en Bilbao. Esta es la conclusión a la que han llegado hasta ahora las investigaciones judiciales contenidas en el sumario 101/84, dirigido por el juez de instrucción número 1 de Bilbao, Arturo González Yagüe.
El fiscal Emilio Valerio, apartado recientemente del caso Brouard, solicitó, según fuentes judiciales, en dos oficios dirigidos a la Comisaría General de Información, que dirige Jesús Martínez, y a la Dirección General de la Guardia Civil -ambas dependientes del Ministerio del Interior-, información sobre las armas utilizadas en el asesinato del dirigente de HB y sobre la estructura y funcionamiento de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).Las mismas fuentes judiciales especificaron ayer que desde la Fiscalía de Bilbao no se dirigió ningún escrito al Centro Superior de Información para la Defensa (CESID), como erróneamente se ha difundido en algunos medios de información, sino que en los dos oficios citados se preguntaba, por indicios hasta ahora desconocidos, si el CESID o cuerpos vinculados al Estado podían tener conocimiento de la preparación de este atentado.
Estos dos oficios provocaron, según fuentes judiciales, las protestas del Ministerio del Interior, que concluyeron con el relevo del fiscal Emilio Valerio del caso Brouard. El titular de este departamento, José Barrionuevo, negó ayer por segunda vez que Interior haya intervenido para que el fiscal Valerio fuera apartado de la investigación (véase Cartas al Director, página 13).
El fiscal Valerio solicitó también a los jueces de las localidades francesas de Bayona y Pau información sobre las investigaciones judiciales fancesas en torno a la composición y forma de actuación de los GAL. Tanto Valerio como el fiscal jefe de Bilbao, Fermín Hernández, quien dirigirá ahora personalmente las investigaciones del caso Brouard, han recibido órdenes estrictas de la Fiscalía General del Estado prohibiéndoles todo tipo de declaraciones.
Hasta el momento, el proceso judicial se encuentra prácticamente paralizado, tras haber tomado declaración a la familia de Brouard, a la enfermera del dirigente abertzale asesinado y a los cerca de 10 testigos presenciales del crimen.
Según consta en el sumario, Begoña Martínez de Murguía, enfermera del doctor Brouard, declaró que uno de los dos asesinos, el mayor, de unos 40 o 45 años, tenía la tez morena y hablaba despacio, cadenciosamente, y con acento latinoamericano. La enfermera observó momentos antes del asesinato cómo al más joven de los pistoleros, que llevaba peluca, se le cayó la pistola al suelo, y ella intentó gritar. Uno de los asesinos la sujetó y le metió los dedos en la boca. Los gritos de la enfermera provocaron en Brouard la reacción contraria que ésta pretendía, y el dirigente abertzale salió de su despacho, momento en el que fue tiroteado.
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