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Amigdalitis, el punto más débil

Los niños más pequeños son los más propensos a padecerla

El regreso al colegio tras las vacaciones navideñas suele estar acompañado de un aumento en las dolencias que encuentran en las aulas el caldo de cultivo idóneo para su propagación, como la amigdalitis, ya que los niños, especialmente los más pequeños, se encuentran con virus y bacterias frente a los que no tienen defensas.Esto no quiere decir que la inflamación de las amígdalas sea una dolencia exclusiva de los infantes. Aunque se haya superado la tercera década de vida, si uno se ha mostrado avaricioso con el último sorbo del espumoso con hielo picado, puede que al intentar tragar algo sólido se hayan visto las estrellas.

No se anuncia

Los síntomas más frecuentes en la amigdalitis -dolor intenso, fiebre alta, enrojecimiento de la garganta, que puede estar salpicada de manchas blancas (placas de pus), aumento del volumen de los ganglios del cuello y tos seca- pueden presentarse repentinamente, aunque el proceso de incubación dura de tres a cinco días, siendo más infeccioso incluso antes de que aparezcan estos síntomas, que no suelen prolongarse más de 48 horas.

La infección puede tener su origen tanto en un virus como en una bacteria respiratoria, aunque también puede venir de otras dolencias, como el sarampión, la rubéola, la gripe y, excepcionalmente, la gonorrea. Cuando la amigdalitis se produce con frecuencia -anginas de repetición- puede tener un origen psicosomático. Por ejemplo, en los niños que tienen dificultades en el colegio y viven de forma muy traumática la separación de su madre.

El tratamiento consiste en reposo en cama mientras persista la fiebre, beber mucho líquido y un antiinflamatorio. Los antibióticos sólo son eficaces en las infecciones causadas por bacterias, pero no tienen poder frente a los virus. Cuando la infección se muestra muy persistente, el médico, normalmente, efectúa un cultivo de la faringe y un antibiograma -con el que es posible saber a qué antibiótico es sensible la infección- y así se erradiea ésta, ya que la amigdalitis puede tener varias complicaciones, como afecciones de tipo reumático, cardiacas y renales.

CUÁNDO OPERAR

Precisamente por estas complicaciones se generalizó hace unos años la extirpación de las anginas, olvidando que éstas (al igual que las vegetaciones adenoides, situadas detrás de las cavidades nasales) forman parte del sistema inmunitario del organismo y tienen como misión producir anticuerpos para combatir las infecciones.

Con la extracción de las amígdalas, recomendada sólo cuando las infecciones son casi constantes, desaparecen frecuentemente los dolores de garganta y faringitis, pero cada vez son más los médicos que se niegan a realizarla salvo cuando existe el riesgo real de problemas cardíacos o reumáticos.

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