_
_
_
_
_
Reportaje:La última resistencia al cierre de los astilleros

Astano, los indómitos de la reconversión naval

Manuel Rivas

Una mayoría de los excedentes de Astano ni siquiera ha aceptado integrarse en los Fondos de Promoción de Empleo. "Somos conscientes de jugar un papel que nos trasciende", dice un portavoz del comité de empresa, "pero nuestra derrota sería también la de Galicia". En otra ría gallega, la de Vigo, los trabajadores de Ascon, mediano astillero, mantienen otro foco de tensión.

De la central de Correos de El Ferrol, días atrás, salía con destino a la División Naval del Instituto Nacional de Industria (INI), en Madrid, un paquete postal de apariencia técnica. Era un pequeño ataúd. En su interior, las cenizas de las listas con los nombres de los 3.414 excedentes de Astano, de una plantilla de 5.600. Fue un acto más de protesta de los trabajadores del astillero más afectado por la reconversión. El féretro no era sólo un símbolo.

Más información
Un 10% del empleo total de Galicia

Cuentas distintas

Prorrogado ya el plazo, hasta el pasado día 3, a mediodía, según UGT, únicamente se habían acogido a los fondos de promoción de empleo cerca de 1.400 trabajadores, aproximadamente un 40% de los excedentes, aunque esta central, firmante de los acuerdos y opuesta a las actuales movilizaciones, esperaba que el número se incrementase hasta hoy, fecha límite para acogerse a los fondos.

Los sindicatos que continúan alentando la resistencia - CC OO, Intersindical Nacionalista de Trabajadores Gallegos (INTG) y USO- hacen unas cuentas distintas a las de la central socialista. De los algo más de 1.000 trabajadores que aceptaron integrarse en los fondos, unos 600 serían prejubilados, mayores de 55 años, con un tratamiento específico. Consideran que la consigna de no ceder ha tenido un eco mayoritario. El pasado viernes, un número considerable de mujeres e hijos de los trabajadores participaba en una asamblea en el estadio municipal. Las acciones más inmediatas van encaminadas precisamente a explicar a los más próximos, para evitar la "presión familiar" una decisión que puede conducir al abismo del despido.

"Que cada palo aguante su vela", dice Enrique Teixeira, de UGT, ante la posibilidad de una situación límite que lleve a un despido colectivo. "No se pueden mantener actitudes de continua confrontación, que no llevan al sindicalismo a ningún lado". Jesús Mosquera, secretario general de UGT de Galicia, teniendo por testigo a Nicolás Redondo, en una reciente conferencia de prensa en La Coruña, había matizado que, si el rechazo a los fondos era mayoritario en Astano, "habría que buscar otra solución". "Si el Gobierno socialista opta efectivamente por el envite del despido", dice Xosé Díaz, de la INTG, "ahí nos vamos a ver". "La reconversión prevista para Astano es una barbaridad, defenderemos los puestos de trabajo hasta el último momento, empezando por ocupar la fábrica".

Kilómetros contra el cierre

El pasado año recorrieron a pie más de 300 kilómetros en manifestación, según el cómputo minucioso de un periodista ferrolano Xosé Varela, en medio centena de marchas por El Ferrol y la principales ciudades gallegas, con otras tantas movilizaciones de distinto cariz, desde incinerar los trajes de faena ante el Ayuntamiento ferrolano hasta intentar abrazar la ría con 20 kilómetros de cadena humana. Además, cinco paros totales en la comarca y un protagonismo directo en la convocatoria de dos huelgas generales con relativo eco en toda Galicia. Ahora se saben casi solos, no ocultan cierta decepción por la resolución de lo de Euskalduna, pero siguen creyendo que lo de Astano, el "mejor astillero", la "perla industrial de Galicia", es otra historia.

"No hay comparación posible entre los efectos de la reconversión naval en Andalucía, Valencia e incluso en Euskadi, con lo que significa para Galicia", afirma Xosé Díaz, que es miembro del comité de empresa y economista especializado en la construcción naval. "De los dos grandes astillero vascos, en Sestao se incrementa la producción, fijándose un objetivo de 92.000 toneladas de registro bruto compensado (TRBC) e 1986, que significa un 36% del total, y es factible la integración pro

Astano, los indómitos de la reconversión naval

Viene de la página anteriorgresiva de parte del excedente de Olaveaga; en cambio, si nosotros entramos en los fondos y permanecemos impasibles, estamos cerrando Astano".

"Si no resistimos hasta conseguir que se replantee el futuro del astillero", insiste Xosé Díaz, "consumaríamos una derrota muy considerable para todo el movimiento obrero gallego, y después de esa derrota ya no habría defensa alguna para evitar la reducción de plantilla en Bazán, el cierre de Enfersa y todas esas medidas que nosotros calificamos de desmantelamiento". Para este sindicalista, las promesas de diversificación en la factoría de Astano ocultan un panorama realmente sombrío. Por lo pronto, los 2.200 trabajadores no excedentes entrarían inmediata mente en regulación, la estación de desguace que teóricamente emplearía a 200 personas no existe, la construcción de plataformas que daría trabajo a 1.300 es una quimera por ahora y la división de reparaciones, con 700 trabajadores carece de autonomía, y mucho nos tememos que también las reparaciones se desvíen, porque Cádiz Matagorda y Euskalduna se destinan únicamente a ese fin".

Enrique Teixeira, portavoz d UGT, también miembro del comité de empresa, no coincide con este diagnóstico. "Nuestra mayor preocupación ahora es exigir el estricto -cumplimiento de los acuerdos porque consideramos que son buenos, suponen diversificar la factoría y abrir paso a la reindustrialización de la comarca". Según Teixeira, una regulación parcial será necesaria en los comienzos de este año, pero a partir de mayo se empezará a trabajar en las plataformas off-shore. Datos positivos para Enrique Teixeira son que ya se ha repescado a 200 trabajadores, que disminuyen el excedente neto, y todos los empleados mantendrán derecho al servicio de economato. Para este sindicalista, acogido él mismo a los fondos, "cuando hablo con gente que no es de la empresa no entiende el rechazo a unas condiciones ventajosas".

Los que resisten, los que parecen dispuestos a caminar otros 300 kilómetros bajo la lluvia, lo entienden de otra forma. "Dicen que hay que superar el monocultivo, pero esta reconversión nos deja sin el mono y sin el cultivo". Temen que otra crisis naval impregne la ría como una negra sombra y tenga efectos devastadores, como la que a principios del siglo XIX redujo la población de El Ferrol a su quinta parte. "Lo nuestro es hacer barcos. Los hacemos bien, los mejores. Que pregunten a los navieros. ¿Por qué no seguir construyéndolos?".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_