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Navarra, la crisis de una comunidad a la cola del proceso de transferencias

La contradictoria situación política que vive Navarra tiene una curiosa expresión en el hecho de que, mientras los ciudadanos de a pie podrán ejercer en breve la iniciativa legislativa, paradójicamente los propios parlamentarios no tienen todavía capacidad para presentar proposiciones de ley, al haber sido incapaces de aprobar el reglamento del Parlamento. Si a esto se añade el que Navarra haya pasado de tener la mayor autonomía a ocupar el último lugar en el proceso de transferencias, se puede comprender por qué la opinión pública de esta comunidad ve con tanto escepticismo la vida política autónoma.

"Resulta incomprensible el que se esté conduciendo a Navarra a ser permanente ridículo del desarrollo político español", declara el senador del PSOE por esta comunidad Guillermo Fernández, para quien "el infantilismo político que aquí se viene practicando hace temer que, ni aunque pasen 20 años, vamos a poder observar muestra alguna de madurez política".Esta opinión del representante socialista sobre el panorama político navarro es compartida por amplios sectores de población que, todavía, siguen sin entender cómo después de estar todo un año sin Gobierno en Navarra, por las discrepancias existentes entre los dos grupos mayoritarios, PSOE y Unión del Pueblo Navarro (UPN), en torno a las elecciones del presidente de esta comunidad ahora, los parlamentarios vuelven a mostrarse incapaces de aprobar algo tan elemental como el reglamento del Parlamento, es decir, las normas que regulan el funcionamiento y competencias de la Cámara.

No es, pues, de extrañar que, a la vista de estas desafortunadas actuaciones, que han causado un profundo malestar entre la opinión pública, existan fuerzas políticas que hayan pedido a los parlamentarios la renuncia a toda percepción por sueldo o dietas en el ejercicio de su función hasta tanto no se solucione esta situación, de la que el comité político del Partido Carlista hace responsable a UPN y PSOE, a los que acusa de "actitudes ambiciosas y egoístas centradas exclusivamente en intereses partidistas de ocupación de áreas de poder".

Y es que no se comprende cómo el Parlamento de Navarra, el primero que se constituyó en el nuevo Estado de las autonomías, es actualmente la única Cámara autonómica española cuyos miembros carecen de iniciativa legislativa, así como de la posibilidad de presentar una moción de censura contra el presidente del Gobierno. Sin duda, dos atribuciones básicas en cualquier sistema parlamentario que se precie.

Se encuentra en el Parlamento para su tramitación un proyecto de ley remitido por el Ejecutivo en el que se regula la iniciativa legislativa popular, con lo que se produciría ciertamente el caso paradójico de que los ciudadanos puedan presentar proposiciones de ley, mientras que los que teóricamente deberían tener facultades para ello se encuentran incapacitados.

Gobierno minoritario

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A este panorama en el Parlamento, hay que añadir además la precaria situación en que se encuentra el Gobierno monocolor que preside el socialista Gabriel Urralburu, quien, según un peculiar sistema establecido en el amejoramiento del fuero, ocupa este puesto, al ser el candidato de la lista más votada en las elecciones, ya que -una vez más- los parlamentarios fueron incapaces de ponerse de acuerdo para nombrar al presidente del ejecutivo autónomo.En medio de la problemática situación del Parlamento navarro, en el que ninguna fuerza política tiene la mayoría -ya que e PSOE cuenta con 20 representantes; UPN, 13; Coalición Popular, ocho, y tres, los nacionalistas vascos- además de los seis de HB. Navarra ha pasado, de tener la mayor autonomía, a estar situada actualmente en la cola del proceso de transferencias.

Pese a que la secretaria de Estado para las Comunidades Autónomas, María Izquierdo Rojo, manifestase en el Senado, el pasado 20 de junio, que las primeras transferencias a Navarra se aprobarían en julio, de hecho esto no se ha producido y parece claro que se pospondrá bastante.

Sin embargo, para el vicepresidente del Parlamento autónomo, José Ramón Zabala, la situación política navarra está experimentando una notable mejoría en los últimos meses, "sobre todo", afirma, "por lo que respecta al Ejecutivo, cuyo funcionamiento está resultando ser muy positivo afrontando los problemas con gran valentía e imaginación".

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