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La crisis del Partido Nacionalista Vasco

Preocupación y prudencia entre los dirigentes autonómicos y de los partidos

El cese de Carlos Garaikoetxea como presidente del Gobierno vasco es un hecho preocupante desde el punto de vista de la estabilidad democrática, según coincidieron en afirmar portavoces de la mayoría de los partidos políticos españoles y dirigentes de otras comunidades autónomas.Sin embargo, aparte de expresar su preocupación, las fuerzas políticas mantuvieron una notable prudencia al enjuiciar la crisis y sus repercusiones.

El presidente de AP, Manuel Fraga, prefirió no expresar su opinión- y remitir a los dirigentes de su partido en el País Vasco. El portavoz del PCE, Andreu Claret, dijo que el cese de Garaikoetxea es "un hecho preocupante desde el punto de vista de la estabilidad democrática y de la pacificación de Euskadi" y que "Garaikoetxea destacó como hombre de diálogo". Santiago Carrillo estima que el cese de Garaikoetxea "aumenta el peligro de inestabilidad".

El secretario general del Partido Demócrata Popular y diputado por Vizcaya, Julen Guimón, mostró su esperanza de que se cumpla el mecanismo estatutario para el nombramiento de un nuevo lendakari "que tenga más flexibilidad y menos rigidez que Garaikoetxea".

El presidente del CDS y ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, manifestó: "He lamentado profundamente que no se haya logrado un acuerdo interno en ese partido, como también que no continúe Garaikoetxea en su puesto".

El presidente de la Generalitat y secretario general de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), Jordi Pujol, se pronunció anoche con cautela y prudencia sobre el cese de Garaikoetxea. "Desde fuera del País Vasco la actuación política de Carlos Garaikoetxea la consideramos muy efectiva y positiva y la hemos valorado mucho. Considero que es un tema interno de partido, que es una resolución suya y, consecuentemente, no deseo inmiscuirme en ella".

Pujol añadió que, de todas maneras, quería precisar que "después de unos años de gobernar me parece bastante normal que haya sectores del partido que cambien de opinión y deseen relevar a los presidentes de los Gobiernos. Éste fue el caso de Willy Brandt en Alemania o de Pierre Mauroy en Francia. Dada la solidez del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en Euskadi, me parece que la dimisión de Garaikoetxea no pone en peligro el papel de un partido mayoritario y no tiene, por tanto, sentido hablar de un descrédito de la autonomía".

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El secretario general de los socialistas, Raimon Obiols, dijo asimismo que le parecía lamentable el cese de Garaikoetxea, "porque representaba la posición más modernizadora y contemporánea del nacionalismo vasco, frente a los detentadores y defensores del antiguo fóralisino".

Gerardo Fernández Albor, presidente de la Xunta de Galicia, dijo a Efe en Santiago que "todas estas alteraciones, como la del señor Escuredo en Andalucía

[se refería a la dimisión del anterior presidente andaluz], no son buenas para la democracia porque pueden desencantar al pueblo".

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