Pizarro Rangel de Lima
Un general de las Fuerzas Aéreas portuguesas que evolucionó del fascismo a la democracia para convertirse después al pacifismo
Joâo Pizarro Rangel de Lima, barroco nombre que da fe de su entronque con Francisco Pizarro, nació en Braganiga en 1924. El lugar del nacimiento, sin embargo, fue sólo un accidente -"aunque no trágico", comenta burlón- motivado por el trabajo de su padre, un ingeniero que colaboraba en las obras del ferrocarril de la zona. El recién nacido fue trasladado a Coimbra cuando tenía dos semanas, y en esta ciudad realizó sus estudios y descubrió que le gustaba más volar que pasar sus días peleando con un ferrocarril como su progenitor. Esa pasión por la aviación le condujo a la carrera militar, culminada en 1971, al ser promovido a general de brigada. Ahora se encuentra en la reserva y pertenece al grupo Generales por la Paz.
El general Pizarro Rangel de Lima es un hombre que se confiesa ajeno a los dramas vitales que aquejan al intelectual. "He sido un hombre feliz y todo lo que he hecho me ha dado placer", asegura, haciendo gala de un blanco optimismo, como si eso fuera lo más natural de¡ mundo. Tiene 60 años y quiere seguir siendo un niño divertido, un adolescente juguetón y malabarista que acaba desmintiendo con sus gracias el primer aspecto de hombre decididamente feo. Recientemente ha estado en Madrid para asistir al Tribunal sobre la carrera de armamentos y es realmente relajante oírle contar su evolución de militar salazarista a general demócrata sin la menor apelación a luchas íntimas, sin exhibir doloridas zozobras o espeluznantes titubeos.El relato de su evolución es, a pesar de todo, la histora de una transformación lenta, una travesía realizada en soledad. El. actual general por la paz ingresó en la Escuela de Guerra de Lisboa, hoy Academia Militar, en 1943. Adoraba convertirse en aviador, pero pertenecía también a esa juventud "manipulada por el fascismo, la llamada Mocedad Portuguesa, ideología que yo compartía por mi total ignorancia de la realidad". Todo encajaba; por tanto, el futuro parecía liso, y era una suerte que la vida pudiera permitirle a la vez pilotar un avión y contribuir a sostener un modo de pensar. Aunque "yo nunca fui un militarista ni un belicista. Mi padre había sido muy autoritario, y yo siempre opté por la persuasión, y no por los medios coercitivos, con mis subordinados".
Demócrata por matrimonio
Pero una cuestión tan privada como contraer matrimonio puede empezar a cambiar una vida, sobre todo en el caso de que un militar salazarista asuma el riesgo de unirse a una estudiante de Medicina nacida en una familia de convencidos demócratas. "Nos casamos en 1952, y ella nunca me adoctrinó directamente, pero discutíamos a menudo, y su ejemplo hizo que empezara a cuestionar el régimen de Salazar, aunque sólo en privado".
En 1965 fue nombrado jefe de estado mayor de la Región Aérea de Angola, y tuvo ocasión de reflexionar sobre la guerra colonial: no era un problema militar, sino político. Nuestros análisis estratégicos no servían, actuábamos en el vacío". En 1968 obtuvo el mando de la base aérea de Beira (Mozambique), una misión que le dejaba tiempo libre para pensar. "Entonces leí la obra de Duverger Introducción a la democracia, que no se podía encontrar en Portugal. Esta lectura, aunque elemental, fue importante, porque "empecé a hacer crítica interiorizada de la situación".
En 1969 regresó a Lisboa y, una vez ascendido a general, "ni mis superiores confiaban en mí ni yo deseaba misiones de mando", por lo que se dedicó a la enseñanza como profesor del Instituto de Altos Estudios Militares.
Esta marginación académica hizo que no participara en la revolución del 25 de abril. Pero sus críticas profesorales eran ya tan evidentes que sus compañeros de claustro le asociaron al movimiento. "Ese día, por la mañana, el director me recibió con amenazas, como si fuera un conspirador, pero al mediodía, cuando la revolución había triunfado, yo me encontraba cada vez más contento y el resto de los compañeros cada vez más tristes".Apoyó al nuevo régimen, "pero no me sentía político", así que hasta su pase a la reserva, en 1983, simultaneó su actividad de profesor con un viejo sueño: ir a la Universidad a estudiar sociología. Recientemente se ha integrado en el grupo Generales por la Paz, todos ellos en la reserva. "Nos falta un general español, y estamos gestio" nando su'inclusión". El grupo se reunirá próximamente con generales del Pacto de Varsovia, "porque la actual estrategia de la NATO no sirve para Europa, y sólo se puede obtener seguridad con planteamientos defensivos y no provocativos".
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