El comité ejecutivo del PCE analiza el enfrentamiento entre Iglesias y Carrillo
El comité ejecutivo del Partido Comunista de España se reunió ayer en Madrid para abordar la situación política actual y la crisis abierta en el PCE a raíz de las recientes declaraciones del ex secretario general Santiago Carrillo en las que criticaba la entrevista mantenida por su sucesor al frente del partido, Gerardo Iglesias y el presidente del Gobierno Felipe González. La reunión, a la que asistieron la totalidad de los miembros del ejecutivo, se prolongó hasta últimas horas de la noche sin que trascendiera a la Prensa ningún aspecto de lo tratado.Fuentes del PCE comentaron a Europa Press antes de comenzar esta reunión, a la que asitió el propio Carrillo, que estaba previsto llamar la atención al portavoz de los comunistas en el Congreso por las citadas declaraciones, aunque no habrá sanciones, declararon, "por prudencia, y no por debilidad".
La actual dirección del PCE, según Europa Press, está dispuesta a defender la integración, pero no a negociar con Carrillo mientras no se cumplan varias condiciones: exacto y estricto respeto a los acuerdos del comité central, que cesen todas las descalificaciones públicas contra dirigentes o contra órganos del partido y el estricto cumplimiento de los estatutos del mismo.
La situación en el PCE se ha visto agravada con el abandono de sus filas del secretario regional de Castilla-La Mancha, José Antonio García Rubio, y la totalidad del comité ejecutivo en dicha comunidad autónoma. Todos ellos anunciaron el miércoles su decisión de pasar a formar parte de la nueva organización política que encabeza Ignacio Gallego, informa Eva Castro. García Rubio justificó esta actitud al señalar que "el PCE es un ejemplo de disgregación política, ideológica y organizativa".
Para García Rubio, han sido los planteamientos eurocomunistas los que han llevado al PCE a la situación de disgregación. Los seguidores de Gallego proponen "la fusión de todo lo que hay de comunista en este país, en un partido que funcione de acuerdo con los principios del marxismo y del leninismo, en un partido que se propone hacer la unidad de la clase obrera, en un partido que recoja como una de sus señas de identidad el internacionalismo proletario y que no sea antisoviético". Los seguidores de estos postulados mantendrán una reunión en Madrid este fin de semana y a partir de ese momento "se podrá medir la importancia de este proyecto", que según declaró García Rubio generará una cascada de adhesiones.
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