Izquierda Socialista se abstendrá de votar en la elección de la nueva ejecutiva

La corriente de opinión del PSOE Izquierda Socialista (IS) se abstendrá en la votación de la comisión ejecutiva federal, previamente designada por Felipe González, que se someta a votación en el 30º congreso socialista que hoy comienza. Idéntica actitud tomará en cuanto al informe de gestión de la ejecutiva saliente, defendido ante los delegados por el actual secretario general.No obstante, cualificados miembros de esta corriente afirman que "serán respetuosos y colaboradores incondicionales" de la dirección entrante. Esta corriente crítica asiste al congreso con 117 delegados, esto es, el 14% de la organización, aunque aseguran que su verdadera representación alcanza un 30%. La distorsión, según IS, se debe, a la imperfección del proceso precongresual, que para esta corriente ha supuesto "una carrera de obstáculos".

En virtud de la conferencia de organización celebrada en mayo de 1982, se reconocen las corrientes de opinión en el PSOE y se modifica el reglamento de preparación de congresos. Se institucionaliza el derecho a la representación proporcional corregida para las corrientes que obtengan el 20% de los votos. Destacados dirigentes de la actual Ejecutiva han afirmado su intención de ser "generosos" con Izquierda Socialista, de tal suerte que pueda haber una representación de la misma en el comité federal. A tales manifestaciones, Pablo Castellano responde que la corriente que moralmente encabeza "hubiera querido más respeto a los acuerdos de la conferencia de organización y menos paternalismo".

El comportamiento de los mantenedores de las tesis oficiales -o la mayoría, como se dice dentro de la organización- ante la nueva mecánica precongresual no ha sido homogéneo, según afirman diferentes miembros de la única corriente organizada del PSOE.

Mientras que en Madrid, Valencia, Cataluña, Canarias y Baleares el respeto a las minorías ha sido exquisito, en otras federaciones la existencia de corrientes, en la práctica, ni siquiera se ha reconocido. Entre ellas, Cádiz, Sevilla, Huelva, Córdoba, Asturias y País Vasco. En estos lugares, en palabras, de Pablo Castellano, "se ha utilizado el pedestre argumento de que vamos a dividir al partido y destrozar al Gobierno".

El orden de preocupaciones de Izquierda Socialista de cara a este congreso federal ha ido variando sensiblemente desde los iniciales preparativos del mismo. De la oposición a permanecer en la OTAN y el rechazo a la política económica que describe la mayoría se ha pasado, en las prioridades, a la estructura y organización del partido. Pablo Castellano será quien defienda la ponencia de Estatutos y organización. El diputado socialista pedirá la proporcionalidad "sin corregir" en la representación que obtengan las corrientes de opinión para estar presentes en el comité federal. Sonríe ante las acusaciones de "disgregador". "Algunos compañeros de este partido no entienden que al dar cauce a la discrepancia, la gente no se va. Somos quienes más reforzamos la unidad de los socialistas".