El movimiento 'verde' italiano se convierte en fuerza política

El movimiento ecológico de los verdes se va a convertir, por primera vez en Italia, en una fuerza política. La noticia entusiasma y preocupa al mismo tiempo al resto de las formaciones, sobre todo a los pequeños partidos de la nueva izquierda y a los de la burguesía media. La primera asamblea nacional de todos los movimientos de ese gran archipiélago de los verdes se desarrolló hace unos días en Florencia, con vistas a la creación de una asamblea constituyente. Las dos primeras decisiones fueron que, por el momento, no se convertirán en un partido político y que, no obstante, se presentarán a las elecciones administrativas del 12 de mayo con listas propias en las ciudades con mayores problemas ecológicos o ambientales.El primer partido que ha dado su apoyo al nuevo movimiento de los verdes italianos, que van desde el WWF a Italia Nostra, la Liga para el Ambiente, Pro Natura y quizá hasta el mismo Club Alpino Italiano, ha sido el Radical, que esta vez no presentará listas propias, para apoyar a los candidatos verdes. Hasta se rumorea que puede presentarse en Nápoles, en las listas de los ecologistas, el mismísimo Marco Pannella, líder histórico y carismático de los radicales. En la asamblea de Florencia estuvo presente el nuevo secretario general radical, el joven Giovanni Negri, de 27 años, que lleva en huelga de hambre 32 días. Negri ha dado el apoyo incondicional de su partido al nuevo movimiento de los verdes, con quienes no excluye en el futuro un acuerdo más consistente.

Ahora que existe una importante desconfianza en los partidos tradicionales, convertidos más bien en fuerzas de puro poder, este resurgir de los verdes con programas no ideológicos sino muy concretos (desde la defensa de un parque al cierre de una fábrica de productos tóxicos, pasando por la lucha contra los misiles nucleares, la eliminación del tráfico en los centros históricos o la batalla contra las bolsas de plástico) puede convertirse en un hecho histórico.

Los verdes dicen que no quieren etiquetas ni de izquierdas ni de derechas, que están por encima de estos esquemas, que quieren una vida más sana y una ciudad más habitable para todos. Ahora la incógnita está en la gente, y las próximas elecciones serán el termómetro que señale la fuerza política o electoral que pueda tener en este país esa innegable simpatía que se advierte, sobre todo entre los jóvenes, hacia todo lo ecológico.