El Banco Vitalicio e Hispánica Aseguradora negocian su fusión
Banco Vitalicio, entidad aseguradora dependiente del Banco Central, mantiene avanzadas negociones para la compra de Nacional Hispánica Aseguradora (NHA). El grupo resultante se colocaría en el cuarto puesto del seguro español, con ingresos anuales superiores a los 13.000 millones de pesetas. Igualmente, alcanzaría el liderazgo privado en el ramo del transporte marítimo, hasta ahora ostentado por La Unión y el Fénix.
Medios directivos de Banco Vitalicio declararon ayer que "existe interés por ambas partes" en llegar a un acuerdo. Las dos entidades quieren fortalecer su actividad, formar un grupo que permita abaratar costes y lograr economías de escala. Falta por ultimar el diseño de la operación; en todo caso, Banco Vitalicio pide controlar la mayoría de las acciones de NHA.
En esta condición parecen coincidir los principales accionistas de NHA. Pero Banco Vitalicio no considera indispensable la absorción. A su juicio, ambas partes podrían satisfacer sus objetivos con un holding similar al formado entre el grupo Catalana-Occidente (titular también de Previsión Nacional, Intercontinental y Cantabria) y la compañía del Banco de Bilbao Aurora Polar (propietaria de Europea de Mercancancias y Viajes).
Banco Vitalio y NHA, en los puestos octavo y vigésimo cuarto dentro del sector (8.300 y 5.500 millones de pesetas de ingresos en 1983), respectivamente, carecen de compañías filiales. Y opinan que pueden encajar o complementar sus negocios, sobre todo en el ramo de transporte marítimo. Este es el de mayor tradición en el seguro, nacido a sus expensas.
Liderazgo privado
El gran liderazgo ejercido en el transporte por La Unión y el Fénix -Jaime Arguelles, hombre de la compañía y de Banesto llegó a sentarse en el consejo del LLoyd de Londres- le fue arrebatado por el sector público. Con la implantación de Musini -la mútua de seguros de las empresas del Instituto Nacional de Industria (INI)-, sociedades como Elcano, Enpetrol y Trasatlántica empezaron a confiarle la apertura de los seguros de sus flotas, ejercida fundamentalmente hasta entonces por La Unión y el Fénix.En este contexto, Banco Vitalicio, arraigada por tradición en el ramo de vida, centralizó los seguros de empresas también dependientes del Banco Central, entre ellas Cepsa y Marflet. Ahora, los seguros marítimos tienen tanta importancia como los de vida en la cartera de Banco Vitalicio.
Por su parte, a NHA, donde la familia Aznar posee cerca de un 40% del capital, se le atribuye buena posición en las flotas de tipo medio y pequeño, incluso después de la crisis padecida por la Naviera Aznar. No obstante, su conocimiento del mercado y su prestigio en el mundo, según medios del sector, se ven frenados por dos hechos: la diversidad de accionistas de NHA -también tienen paquetes de cierta importancia el Banco Urquijo y el Banco Herrero-, y la carencia de suficiente dimensión para competir en los seguros de cascos. Aunque estos ofrecen grandes perspectivas, están sometidos a una enorme movilidad. Con la crisis del pasado verano en el Golfo Pérsico, las primas subieron hasta el 7% del valor del petróleo y ahora han vuelto a bajar al 2% con fórmulas de participación en beneficios si no hay siniestros.
Las negociaciones entre NHA y Banco Vitalicio ponen de relieve la extensión del proceso para la integración del seguro español, altamente atomizado. Después de que Mapfre desplazara a La Unión y el Fénix de su secular primer puesto en recaudación por primas en España, los primeros pasos fueron la compra de las compañías de Rumasa por Caser, la subida de Catalana-Aurora al primer puesto por recursos propios. Ahora siguen las negociaciones entre una docena de medianas compañías. La Unión y el Fénix desmintió en su día que fuera a comprar NHA, pero medios del sector (véase EL PAIS 6.11.84) hace tiempo que indican que busca recuperar su liderazgo y consolidar su futuro con una mayor dimensión.
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