Mejoran los heridos del atentado contra el autobús militar
Todas las personas que resultaron heridas en el atentado terrorista contra un autobús militar registrado el pasado viernes en Galdácano (Vizcaya) evolucionaban favorablemente ayer de sus heridas. No obstante, dos de los heridos seguían en estado grave. ETA Militar asumió la responsabilidad del atentado mediante un comunicado reproducido ayer por Egin.
En el comunicado, ETA no alude a los civiles y soldados de reemplazo que resultaron afectados, incluido el cocinero Manuel Asensi Pereda, que perdió la vida. La organización terrorista se limita a consignar como objeto de su acción "un convoy formado por un microbus de oficiales y suboficiales del Ejército de ocupación español, así como por una escolta de la Policía Militar". El comunicado finaliza con una referencia a la alternativa KAS, reivindicaciones defendidas por ETA.Cinco de las 12 personas que resultaron heridas en el atentado, en el que perdieron la vida dos militares y un civil, fueron dadas de alta el sábado. Siguen hospitalizadas siete personas. El capitán capellán Francisco Delgado del Hoyo y el soldado Félix Salcedo, este último conductor del autobús, abandonaron ayer la Unidad de Vigilancia Intensiva de la clínica de la Virgen Blanca y se recuperaban favorablemente, según el último parte médico. En el Hospital de Basurto se encuentran el teniente Francisco Bermejo y el cabo Severiano Estrada, cuyo estado seguía siendo grave, así como los soldados Emiliano Vega y Agustín Carbonell, ambos con pronóstico reservado. El estado de María Santamaría, empleada de la limpieza en el cuartel de Munguía, y que viajaba en el autobús, se considera "no grave".
Los restos de una de las víctimas mortales de este atentado, el teniente de Infantería Juan Enriquez Criado, fueron enterrados ayer en el cementerio de su población natal: San Fernando (Cádiz). El féretro -informa Inés Alba- había llegado al aeropueto de La Parra en Jerez la tarde anterior, desde donde se trasladó al CIR 16 para quedar instalada allí la capilla ardiente. El teniente asesinato tenía 39 años de edad, y había sido destinado hace 10 meses desde Ceuta a Vizcaya. Le faltaban sólo dos meses para volver a su destino ceutí, donde viven su viuda y cuatro hijos.
Por otra parte, el servicio de desactivación de explosivos de la Policía Nacional, alertado por un transeúnte que vio un paquete sospechoso, logró neutralizar en la madrugada de ayer un artefacto explosivo que contenía un kilogramo de Goma 2 y que había sido colocado en la puerta de una administración de lotería, en el número 15 de la bilbaína calle de Colón de Larreategui.
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