La Audiencia de Gerona reabre la investigación del incendio de Lloret que produjo 21 muertos
La Audiencia Provincial de Gerona ha ordenado la reapertura de diligencias preparatorias sobre el incendio declarado hace cinco años, el 7 de agosto de 1979, en la urbanización Los Pinares, de Lloret de Mar, en el que murieron 21 personas. Tras haberse revocado el sumario en tres ocasiones, Ia Audiencia de Gerona se ha dirigido al juzgado de Santa Coloma de Farners para que abra diligencias, con lo que se inician nuevamente investigaciones sobre el siniestro. Anteriormente, el juez encargado del caso había dado por concluido el sumario sobre la base de que la persona que provocó el incendio no había sido localizada.
La nueva investigación tratará de averiguar si hubo responsabilidad por parte de la sociedad Fincas Ibéricas, SA, (Fibersa), propietaria de la urbanización Los Pinares. Según la acusación particular, esta urbanización carecía de vías de evacuación, por lo que en el momento de declararse el fuego los residentes en Los Pinares no pudieron salir del bosque y quedaron atrapados en una vaguada. Para los afectados por el incendio, las múltiples irregularidades existentes en la urbanización, que la alejaban de ser un núcleo urbano planificado y ordenado, fueron la causa fundamental de que miembros de sus familias quedaran atrapados en el fuego.El abogado de las familias de las víctimas, Josep María Loperena, ha solicitado el procesamiento de Jaime Rabasa Rosés, Pedro Miguel Rabassa Gamacho "y las demás personas que, el 7 de agosto de 1979, ostentaban cargos de representación y administración en la razón social Fibersa". Asimismo, las familias solicitan que los que eran administradores de esta sociedad en el momento de producirse el incendio depositen una fianza de 315 millones de pesetas.
Jaime Rabassa se encuentra procesado por el Juzgado de Instrucción número 11 de Barcelona, acusado de delito de estafa, a raíz de la querella presentada por numerosos comprador de parcelas, quienes reclaman un total de 426 millones de pesetas.
En el relato de los hechos realizado por las familias para solicitar el procesamiento de los administradores de la urbanización, se describe el intento de huida de las víctimas. Los residentes en Los Pinares trataron de huir en automóvil, pero se encontraron con que el único camino de salida de la urbanización había sido cortado por el fuego. Abandonaron entonces los coches y siguieron a pie, pero 21 personas no consiguieron cruzar una vaguada del bosque.
Las víctimas, que tardaron más de seis horas en intentar su frustrada huida, fueron ocho hombres, seis mujeres y siete niños. Respecto a la forma en que murieron las 21 personas, diversas fuentes indicaron en ese momento que, sin duda, las víctimas fueron rápidamente sorprendidas por el fuego y no pudieron calcular la dirección correcta para alejarse del incendio. Posteriormente, se facilitaron los datos de las autopsias, que indicaban que la mayoría de las víctimas habían fallecido a consecuencia de la asfixia o que, por lo menos, el humo había debilitado su grado de conciencia.
Barrancos y vaguadas
En el escrito del abogado de las familias se recuerda que "existía una completa disparidad entre los proyectos de urbanización que se sometieron a la aprobación del Ayuntamiento competente y los que realizaron luego los promotores". La urbanización, según los familiares de las víctimas, se encontraba en una porción de monte con senderos que concluían inesperadamente en barrancos, vaguadas, taludes y tapias.El incendio se inició sobre las 10 de la mañana del 7 de agosto de 1979 en focos distintos en el término de Blanes, concretamente en los bosques de Sant Pere y Mas Roure, y avanzó posteriormente hacia Lloret de Mar. Alrededor de las tres de la tarde el fuego se recrudeció de forma alarmante, y hacia las cuatro y media atravesó la carretera vieja de la población. Una vez extinguidas las llamas, los bomberos y demás fuerzas que trabajaban en la extinción encontraron en las proximidades de esta carretera los cadáveres de las víctimas.
Siniestro provocado
En los días que siguieron al incendio, tanto representantes de Icona como el presidente de la Diputación de Gerona afirmaron su convencimiento de que el incendio había sido provocado. "Al parecer", declaró entonces el presidente de la Diputación, "el incendio se declaró en tres puntos distintos y a la vez. Entre ellos había una distancia de tres kilómetros, lo que permite casi asegurar que el incendio ha sido provocado. Quizás nunca se pueda saber por qué han perecido todas estas personas ya que se encontraban a unos 30 metros de la carretera donde podían haber encontrado su salvación".En aquella ocasión, el presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas declaró que las deficiencias de infraestructura de la costa catalana eran "realmente trágicas; de una u otra forma se produce cada verano una tragedia".
Desde el punto de vista de las estadísticas, 1979 fue uno de los peores años en materia de incendios forestales. Hasta el mes de agosto, en que se produjo el trágico incendio de Lloret, se habían registrado en España 5.518 siniestros con origen en las llamas y se habían quemado casi 3.000 hectáreas de terreno.
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