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Continúa la presión del papel y el desinterés de los inversores en la Bolsa de Nueva York

Wall Street parece decidida a romper la tradición alcista de final de año, ya que durante la semana pasada continué imperando la presión del papel y el desinterés de los inversores, tanto privados como institucionales. Tan sólo animó el mercado la oferta de compra de 15 millones de acciones de Philips Petroleum por parte de su competidora Mesa Petroleum, elevando un 20% el cambio de las primeras.En el frente macroeconómico comienzan a decantarse las más variadas actitudes sobre la propuesta de modificación de la estructura impositiva del país. Shearson Lehman/American Express afirma que las opiniones en torno al tema varían enormemente según el grupo que las emite. Por ejemplo, las personas físicas de ingresos más elevados parecen estar satisfechas con el plan, así como las empresas altamente rentables y escasamente endeudadas. Sin embargo, el Tesoro norteamericano afirma que las propuestas incluidas en el mencionado plan tienden a proteger al pequeño inversor frente a las grandes corporaciones financieras, ya que intentan cerrar aquellos caminos a través de los que ciertos grupos económicos evaden impuestos. Por ahora las opiniones en torno al tema son más de índole política y filosófica que práctica. Y concretamente, de cara a los mercados de valores, la actitud más generalizada es que no afectará de forma global a la bolsa.

Por otro lado, el incremento de la masa monetaria de las semanas pasadas ha despertado nuevas inquietudes entre los especialistas. El crecimiento del agregado básico M1 (efectivo en manos del público) que se situaba las semanas anteriores por debajo del límite inferior de fluctuación, se ha colocado casi en medio de la mencionada banda, haciendo pensar a algunos en la posibilidad de nuevos controles por parte de la Reserva Federal. El M1 se sitúa actualmente en tomo a un crecimiento anual del 6%, en unos momentos en que la Reserva Federal mantiene todavía una política relativamente flexible, aunque su obsesión en controlar cualquier brote inflacionista puede llevar a Paul Volcker a justificar la vuelta a una política más restrictiva en cuanto lo estime oportuno.

Si bien la cotización del dólar ha cedido marginalmente durante la última semana, las oscilaciones diarias han sido de cierta importancia. El dólar alcanzaba el pasado lunes cotas de 3,12 marcos por dólar para luego caer hasta 3,045 y terminar la semana a 3,07.

Las intervenciones del Budesbank -no siempre confirmadas-, las ventas de dólares por las autoridades monetarias de Singapur y Suráfrica para apoyar sus divisas, y, en menor medida, las fuertes órdenes de ventas de particulares a niveles de 3,10 dólares por marco pueden ser las razones de estos vaivenes.

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