La CEE estima que Grecia pone un precio al ingreso de España y Portugal

La reserva impuesta por el Gobierno griego en la recién finalizada cumbre de Dublín es considerada en medios comunitarios no como un veto formal al ingreso de España y Portugal en la CEE, sino como un precio que Grecia desea imponer a los Estados comunitarios por los efectos que puede ocasionarle la ampliación del Mercado Común. Esta reserva del Gobierno de Atenas, cuyo ministro de Agricultura llega hoy a Madrid, no impedirá, sin embargo, que continúen las negociaciones sobre los capítulos que aún quedan pendientes con España.

Probablemente la próxima semana se reanudarán los contactos exploratorios con la Comisión Europea para aproximar las posiciones en materia agrícola y pesquera ante la próxima sesión ministerial de negociación de los días 17 y 18 de este mes.Según señaló ayer en Atenas elprimer ministro Andreas Papandreu, aunque no se obstaculizará la continuación de las negociaciones con los dos candidatos ibéricos, Grecia no aceptará ningún acuerdo referente a la ampliación hasta que se consiga un paquete global que incluya su petición de mayores fondos para los programas mediterráneos integrados, esenciales para el desarrollo regional de los países de esta cuenca, "aunque Grecia ha apoyado desde el principio y sigue apoyando el ingreso de España y Portugal", señaló el mandatario griego.

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, que también ha mantenido posiciones de extrema dureza sobre la devolución de su exceso de contribución a las arcas comunitarias, criticó ayer con acritud la posición mantenida por el Gobierno griego, subrayando que sería "absolutamente vergonzoso" que Grecia utilice el rechazo a sus pretensiones para bloquear el ingreso de España y Portugal.

Por otra parte, el portavoz del Gobierno, Eduardo Sotillos, afirmó ayer al término del Consejo de Ministros que el Ejecutivo contrastó las informaciones recibidas sobre la cumbre comunitaria y que ha dado las correspondientes instrucciones para la próxima sesión negociadora que se celebrará los días 17 y 18 de este mes.

Sotillos afirmó que Grecia únicamente ha formulado una reserva a la ampliación -y no un veto- hasta que se resuelvan sus problemas financieros, pero que esta reserva no impide que continúe el proceso negociador. Sin embargo, admitió que la postura griega impidió que en la declaración final de Dublín se obviaran referencias a la ampliación, así como a la fecha del 1 de enero de 1986, prevista para el ingreso de España.

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