La 'cumbre' de Dublín
( ... ) El orden del día, en esta ocasión, parece menos dramático y puede dar la impresión de que la Comunidad marcha decididamente hacia adelante. En efecto, las dos cuestiones más importantes, en esta ocasión, son la ampliación de la Comunidad a España y Portugal y continuar por la senda de la unidad europea, iniciada en la cumbre de Stuttgart en octubre de 1983 e impulsada por el voto otorgado al Proyecto Spinelli en el Parlamento estrasburgués la pasada primavera. ( ... )Por lo que se refiere a la ampliación, a pesar del repetido fracaso de las últimas sesiones negociadoras, los diez parecen condenados a encontrar un compromiso. Un compromiso, en primer lugar, entre ellos, que permita presentar a Madrid y a Lisboa esa plataforma común tan vanamente pretendida durante las últimas semanas en Bruselas. Pero la previsible impopularidad de tal compromiso mostrará una vez más cómo la construcción de la Comunidad puede aún chocar con intereses particulares en perjuicio de la idea europea general.
En cuanto a la cuestión institucional, tampoco ésta constituye un terreno en el que la Comunidad pueda realizar progresos sin peligros ni ambigüedades. ( ... )
La CEE debería definir una entidad política verdadera (a lo que se opone Dinamarca), dotada de capacidad de decisión, según un procedimiento democrático que respete las peculiaridades de los Estados miembros. El primero de los objetivos a cumplir sería el establecimiento de un mercado interior auténtico; ( ... ) una integración financiera más avanzada; una promoción de los valores de nuestra civilización, incluidos en la creación de un espacio social europeo; una lucha común contra la criminalidad; el desarrollo de la cultura del viejo continente, así como la afirmación de la identidad europea de cara al exterior. (...)
4 de diciembre
