Rechazo general en Brasil hacia el candidato oficialista a la presidencia
Durante sus dos años como diputado, Paolo Salim Maluf ha hecho un único discurso ante el Pleno de la Cámara. Fue en la noche del pasado lunes, cuando necesitó 33 minutos exactos para leer con voz solemne 15 páginas cuidadosamente preparadas. Y por primera vez en su vida de político, logró unanimidad absoluta: a nadie le gustó lo que dijo.
Elegido hace dos años por el voto de casi 700.000 electores de Sáo Paulo, el candidato del partido del Gobierno -el Partido Democrático Social (PDS)- a la presidencia, utilizó su discurso para criticar de manera dura y violenta al régimen instaurado a raíz del golpe de 1964. Atacó sin piedad el autoritarismo, la política económica, los escándalos financieros (en esa parte del discurso el público explotó en carcajadas, ya que Maluf se vio involucrado en vanos de esos juicios) y exigió de su oponente en la carrera presidencial, el opositor Tancredo Neves, la convocatoria inmediata de elecciones directas una vez se haya pronunciado el colegio electoral el próximo 15 de enero.
Ayer, políticos de la oposición y del Gobierno todavía se preguntaban por los verdaderos objetivos del candidato oficialista al subir a la tribuna para pronunciar semejante discurso. En concreto, lo único logrado por el diputado fue reducir aún más el ya muy dividido partido del Gobierno.
Las dudas de Neves
Para el candidato de la oposición, Tancredo Neves, la intervención con la que se estrenó el diputado Salim Maluf fue "confusa". Antes, explica Tancredo Neves, cuando todo el país pedía elecciones directas para la presidencia, Maluf se oponía. Ahora, cuando la opinión pública se resignó a tener un presidente electo por la vía indirecta, Paolo Salim Maluf cambia de idea. Y el candidato de la oposición se pregunta: "¿Cuándo era sincero, antes, cuando se creía victorioso, o ahora, cuando tiene seguridad de la derrota?".Lo único garantizado es la derrota de Maluf. Fracasados los intentos de obligarle a renunciar a su candidatura como única forma de dar vida al partido oficialista, los estrategas del régimen ya no saben por dónde buscar la salida.
Los últimos datos que obran en poder del Servicio Nacional de Informaciones -el órgano de espionaje del régimen- aseguran que, bajo ninguna circunstancia, logrará el candidato oficialista más de 220 de los 686 votos del colegio electoral. Y aún más; condenado a una ruidosa derrota dentro del sistema electoral creado por el mismo régimen, el partido oficialista difícilmente saldrá de la contienda con fuerza suficiente para una oposición fuerte.
El Gobierno chileno, que preside el general Augusto Pinochet, rechazó ayer la nota enviada el pasado viernes por el Gabinete español, a la que calificó de injerencia en los asuntos internos de Chile, según anuncié ayer el portavoz de la cancillería, Marcelo Pacilla. El comunicado español denunciaba el incremento de la represión y "la adopción de medidas policiales que conculcan gravemente derechos humanos esenciales".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.