_
_
_
_
Reportaje:

La sombra de Pablo Porta

La era del anterior presidente no concluye con la llegada de Roca a la federación

, Los socialistas han cambiado por decreto unos dirigentes, pero las estructuras se mantienen. El decreto y las normas de su desarrollo tienen su precio: más de cuatro millones de pesetas abonadas con dinero del erario público a juristas especializados. Dirigentes de la Administración han reconocido en privado el error del decreto porque con él no han conseguido acabar con la secta portiana. Uno de los candidatos a sustituir a Pablo Porta llegó a comentar que "han acabado con el Caudillo, pero se mantienen los jefes del Movimiento".

"Yo hubiera acabado con Pablo Porta de otra forma. Una vez ganadas las elecciones generales, el ministro de Cultura tendría que haber llamado a su despacho al presidente de la Federación y decirle: 'Mire usted, lo siento mucho, pero se tiene que ir del fútbol. Escoja la medalla que quiera para concedérsela", confesó un alto cargo de este ministerio que prefirió silenciar su identidad. La experiencia ya demostró que a Porta no se le podía echar de la Federación ni a cañonazos. Jesús Hermida, antiguo secretario de Estado para el Deporte, pretendió acabar con Porta con la auditoría de las cuentas de la Federación de 1978, pero fue él quien salió antes de su cargo.

"Hay que sacarle bajo palio", indicó Vicente Calderón, presidente del Atlético de Madrid" cuando también presidió el Comité Ejecutivo de la Liga Profesional, a altos representantes de la Administración al poco tiempo de acceder al poder. No le hicieron caso y, cansado, dimitió de su cargo de la Liga Profesional. Los dirigentes socialistas prefirieron entonces poner precio a la cabeza de Porta. Confiaron en que los dirigentes de los clubes se la presentarían en bandeja como contrapartida por el dinero de las quinielas. Pero al final reconocieron que ese era el palio que pretendió Porta para salir como mártir inmolado.

Varios presidentes de clubes de Primera División, desilusionados por la elección de José Luis Roca, en la misma sala en la que se celebró la votación se quejaron de la Administración. "Dan un 5% de los votos a la Liga Profesional y, claro, tienen lo que se han buscado. ¿Para qué hicieron el decreto?

Para echar a Porta, y ahora se encuentran con su sombra", confesó un alto dirigente de la Liga Profesional. De poco sirvieron los mensajes cifrados, pero más claros que el agua, de la Administración cuando alguno de sus representantes aseguró a los dirigentes de la Liga Profesional cómo iban a negociar el dinero de las quinielas con "un personaje bajito y feo". Quien así habló añadió por su cuenta: "Y, además, baturro".

Los presidentes de las federaciones territoriales han sido los verdaderos secuaces del clan Porta en el territorio -nacional. Ellos son los auténticos continuadores del bunker que se montó Porta a lo largo de los casi 25 años que permaneció en la Federación Española, primero, como vicepresidente, y después, como presidente. En la mayoría de los casos, con raras excepciones, han actuado como virreyes y constituyeron el continuismo a nivel regional. Las elecciones eran un riesgo.

Las prepararon de tal forma que un compañero, José Luis Roca, presidente de la Federación Aragonesa, se convirtió en el sustituto de Porta. Comenzaron por copar las representaciones de los clubes por cada autonomía, y después, por asegurarse su elección como miembros del pleno federativo que elegirían al presidente.

Al frente de la Federación Vizcaína se encuentra actualmente un ex jugador del Athlétic, Villar, uno de los presidentes más jóvenes de federaciones territoriales. Tanto se quiso asegurar los votos de los representantes de su federación para José Luis Roca, que utilizaron dos sistemas de votación por si fallaba alguno de ellos. Primero emitieron su voto por correo, por si algún elector no podía asistir al pleno. Pero todos ellos se presentaron físicamente a votar en Madrid, por lo que sus votos por correo quedaron anulados, pero no su apoyo incondicional a José Luis Roca.

Pablo Porta creó tantas comisiones de trabajo como necesidades tuvo para colocar a sus hombres de confianza, ganados por medio de promesas, concesiones y otras dádivas. Baste como ejemplo el del ex presidente de la Real Sociedad. José Luis Orbegozo colocó a la Federación Española en una difícil situación con la denuncia del caso de los falsos oriundos. La Real Sociedad y su equipo filial, el Sanse, fueron los únicos clubes que en las primeras eleciones democráticas de Pablo Porta no le votaron.

El 'cambio' de la Real

La Real Sociedad, al poco tiempo, recibió 100 millones de pesetas a fondo perdido del Consejo Superior de Deportes, presidido por Benito Castejón, para iniciar las obras de Zubieta, actualmente paralizadas, y el equipo donostiarra no sólo defendió la política portiana, sino que ganó los dos únicos campeonatos de Liga que figuran en sus vitrinas.

Los presidentes de las federaciones territoriales, los auténticos triunfadores de estas elecciones, siguen ostentando el poder futbolístico establecido. Quieren el dinero de las quinielas, y ya en su día remitieron a la Liga Profesional un escrito por el que piden una tercera parte de lo que ingresa por ese concepto. La carta, firmada, entre otros, por el nuevo presidente, José Luis Roca, no ha tenido respuesta por ahora.

Algunos de estos presidentes, además, pretendieron dar un golpe de timón entre los máximos funcionarios de la Federación Española para controlar el poder a todos los niveles. No está confirmado que algunos de esos presidentes, los considerados más rebeldes, condicionara su apoyo a Roca si éste, por escrito, se comprometía a prescindir del secretario y asesor jurídico de la Federación, Agustín Domínguez y Fernando Vara de Rey, respectivamente, si resultaba elegido.

En la Federación Española se vivieron días de nervios por parte de aquellos funcionarios que desempeñan cargos de confianza, precisamente ante la duda del candidato al que apoyar. Un funcionario de la Federación Española a punto estuvo de ser expedientado por sus superiores, bajo la sospecha de haberse vendido a un candidato a la presidencia, y no precisamente a Roca. Los empleados de la Federación respiraron cuando un hombre considerado como continuista de Porta es su sustituto. El continuismo de Roca es también el suyo, y el de sus puestos de trabajo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_