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Continúa la polémica sobre la actuación de la policía en el astillero Euskalduna

El trabajador que resultó con quemaduras graves en los acontecimientos registrados el pasado viernes en los astilleros Euskalduna evoluciona favorablemente dentro de la gravedad. Fuentes policiales señalaron que 53 agentes hubieron de recibir asistencia médica a consecuencia de las contusiones y heridas sufridas en los enfrentamientos. La factoría permanece cerrada desde el pasado domingo por decisión empresarial y ocupada por fuerzas de la Policía Nacional. El delegado del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jáuregui, se reunió ayer con representantes de partidos y sindicatos para estudiar la situación creada por la reconversión.

Jesús Fernández Casado, el trabajador de Euskalduna que resultó gravemente herido el pasado viernes en el curso de los incidentes registrados en el interior del astillero, sufriendo quemaduras que afectaron a una quinta parte de la superficie de su cuerpo, evoluciona favorablemente dentro de la gravedad.El herido de bala, Vicente Carril, pasó a su domicilio tras una intervención quirúrgica en la que le fue extraído el proyectil que había quedado alojado en su flanco abdominal derecho. Fuentes policiales estimaron que tanto la trayectoria seguida por la bala, como el hecho de que ésta no llegase a traspasar los tejidos, pese a tratarse de una zona no ósea, demostraría que el proyectil pudo alcanzar al trabajador como consecuencia de un rebote. La versión facilitada en su día por el Gobierno Civil decía que los policías dispararon al aire al sentirse acosados por un nutrido grupo de trabajadores.

Otras fuentes, sin descartar que la bala hubiera podido alcanzar a Carril tras rebotar en una pared próxima, aseguran que, en todo caso, el trabajador fue herido cuando huía del grupo policial del que partieron los disparos. Eso pondría en cuestión la hipótesis del acoso inmediato como explicación única de lo sucedido.

Esas mismas fuentes precisaron también que momentos antes de que se oyeran las ráfagas de fuego real, una tanqueta, tras la que protegían su avance varios agentes, quedó empotrada contra un obstáculo, sin posibilidad de maniobra, por lo que esos policías, que habían agotado ya en su avance toda su munición antidisturbios convencional, se encontraron de improviso sin defensa frente a la rociada de objetos contundentes que en ese momento eran arrojados desde el tejado del pabellón. Un agente -o quizá dos, según otros testigos- habrían comenzado entonces a disparar.

Por otra parte, los disparos efectuados por el grupo policial del que partió el proyectil que hirió a Vicente Carril nada tienen que ver con los realizados, según numerosos testigos, por otro agente que, situado a la cola de aun pequeño pelotón que avanzaba a la carrera en la carga que provocaría el repliegue de los trabajadores hacia la zona de diques, accionó la metralleta que portaba en su mano derecha, disparando varias ráfagas sin motivo aparente alguno que lo justificase. Otro agente, al parecer un oficial, parapetado junto con otros policías tras uno de los obstáculos que habían colocado los trabajadores -y del que éstos últimos habían sido ya desalojados- fue también visto esgrimiendo, durante bastantes minutos, una pistola, aunque no hay constancia fehaciente de que hiciera uso de la misma.

Finalmente, fuentes policiales aseguraron que a lo largo de la jornada hubieron de recibir asistencia sanitaria, al margen de los dos agentes que fueron trasladados al hospital de Basurto, otros 53 policías, uno de los cuales habría sido alcanzado en un hombro por una pesada viga lanzada desde un tejado. Esas mismas fuentes resaltaron también la ayuda prestada por varios agentes a un niño de mes y medio de edad, Javier Bengo, herido levemente, por los fragmentos de cristal desprendidos del parabrisas de un automóvil que conducía su madre y que, cuando circulaba por la carretera que circunda a la factoría, fue alcanzado por un objeto metálico, una tuerca al parecer, lanzada por los manifestantes con un tiragomas.

Asesores jurídicos

Los empleados de la factoría de Euskalduna, que aguardan el resultado de las investigaciones que sus asesores jurídicos están llevando a cabo sobre los motivos que condujeron a la dirección de Astilleros Españoles a proceder al cierre empresarial, realizarán concentraciones en diversas localidades vascas, según anunció ayer el comité de empresa, a fin de difundir su protesta por los planes de reestructuración del sector que implicarán el casi total desmantelamiento del mencionado astillero.PNV, Euskadiko Ezkerra y Coalición Popular acudieron, junto a ELA, UGT y CC OO, a la cita del delegado del Gobierno para el País Vasco, Ramón Jaúregui, en Vitoria, para abordar la problemática de orden público que se ha planteado en el sector naval, a raíz de los últimos acontecimientos.

Continúa la tensión

El malestar detectado entre los trabajadores de la factoría de Euskalduna por el cierre de la empresa, decidido por la dirección de Astilleros Españoles, alcanzaba ayer cotas de tensión entre los sectores más radicalizados de la plantilla que, tras formar una cadena humana por las calles más céntricas de la ciudad, se concentraron frente a los locales de UGT. Los manifestantes, posteriormente, desfilaron ante a la factoría que permanece cerrada y ocupada por la Policía Nacional desde la noche del pasado domingo.A primeras horas de la mañana de ayer, casi simultáneamente a la asamblea que celebraban los trabajadores de los astilleros vizcaínos en el pabellón municipal de Bilbao, UGT mantenía una reunión, en la localidad vizcaína de Baracaldo, con los afiliados del sector naval. En el curso de la reunión, en la que participaron el secretario general del metal, Antonio Puerta, y el secretario general de Vizcaya, Alberto Pérez, los asistentes se reafirmaron en la necesidad de aplicar los planes de la reconversión naval.

En Galicia, 12 autocares con trabajadores del sector naval de Vigo recorrieron ayer distintas localidades de la provincia de Pontevedra y otros grupos distribuyeron propaganda en Orense con llamamientos a la huelga general de mañana, jueves, según informa Xosé María Palmeiro.

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