Disputa legal entre familias por la custodia de dos niñas beneficiarias de una póliza por el asesinato de su madre

El Tribunal de Apelación del Consejo Superior de Menores recibió esta semana un escrito por el que María Victoria Andrés Martínez pide continuar en la guardia y custodia de sus nietas Virginia, de 11 años, y Silvia, de seis, que le disputan los abuelos paternos, quienes han recurrido contra el acuerdo del Tribunal Tutelar de Menores, que se las encomendó. La abuela materna pide que sean oídas las niñas y alega que la voluntad de éstas debe prevalecer sobre la del padre, actualmente en prisión tras ser condenado a 18 años de cárcel como autor del parricidio de su esposa, a su vez madre de las niñas

La póliza por la muerte de la madre es de 24 millones de pesetas, de los que dos tercios corresponden a las niñas.La sentencia de la citada Audiencia Provincial -actualmente recurrida por el condenado ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo- condenó el 14 de julio de 1984 a Ramón Fernández-Pousa Vega como autor de un delito de parricidio en la persona de su esposa, Lucía García Andrés, con la concurrencia de la circunstancia atenuante de trastorno mental incompleto y la agravante de alevosía.

Durante un viaje de sus padres a Italia, al regreso del cual, el 23 de enero de 1983, se produjo, por estrangulamiento, la muerte de la madre, las dos niñas quedaron en el domicilio conyugal con su abuela materna, a quien el Tribunal Tutelar de Menores de Madrid las confió provisionalmente, el 5 de mayo de 1983, por acuerdo reiterado el 19 de julio del mismo año.

Los abuelos paternos recurrieron contra esta resolución ante el Tribunal de Apelación de los Tribunales Tutelares de España, que con fecha 2 de febrero de 1984 estimó que, dado que la patria potestad correspondía al padre, imposibilitado, por hallarse en la cárcel, para hacerse cargo de sus hijas, debía hacerse entrega de ellas a los abuelos paternos, en cumplimiento del deseo del padre de las niñas.

Según Victoria Andrés, durante el tiempo que ambas nietas permanecieron con los otros abuelos, Virginia le hizo llegar, desde el colegio, a través de una compañera, cartas expresándole el deseo de ambas nietas de regresar con ella.

Nueva entrega

El 26 de julio de 1984, pocos días después de conocerse la sentencia que condenó a Ramón Fernández-Pousa como autor de la muerte de su esposa, la madre de ésta, que había actuado como acusación particular, obtuvo del juez decano del Tribunal Tutelar de Menores, Luis Manuel López Mora, la entrega de sus nietas. El juez ordenó que se abriera una cuenta corriente a las menores, a fin de ingresar en ella las sumas correspondientes al seguro de vida de su madre.Por otra parte, según una serie de documentos remitidos por Fernández-Pousa a EL PAIS desde la cárcel, los días 27 y 28 de octubre aseguró al presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo que es inocente de la muerte de su esposa, acusó de posible demencia a su suegra -a la que responsabilizó de su condena- y se consideró "víctima de un complot" por parte de su familia política.

Asimismo, denunció al juez López Mora, por haber "violado por dos veces mi patria potestad", dijo, "otorgando la guarda provisional de mis hijas a mi suegra en contra de mi voluntad", y anunció su intención de interponer querella criminal contra él.