Incierto futuro de Andreotti tras su 'absolución' parlamentaria

El futuro político del ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Giulio Andreotti, resulta incierto a pesar de que el viernes el Parlamento rechazó las acusaciones de fraude presentadas contra él por el partido comunista. Los observadores estiman que Andreotti ha vuelto a ganar otra batalla, pero que no ha vencido.

Casi la mitad de los parlamentarios han admitido que no estaban seguros de su inocencia, ante la petición del partido comunista de que se siga investigando la conducta de Andreotti. Y es evidente que la diferencia de 23 votos que separa a sus defensores de sus acusadores resulta demasiado estrecha como para no hacer mella en la carrera de alguien que lleva 40 años sin dejar ni un solo día el poder.

Entretanto, los comentarios políticos siguen llamando la atención sobre la dureza con la que el dirigente democristiano atacó a una parte de la magistratura de este país, que precisamente durante estos días simboliza todo el prestigio de la lucha contra la corrupción. La impresión general es que este ataque de Andreotti a los jueces ha sido más bien fruto de la amargura. En los discursos de la oposición se ha llegado a acusar abiertamente al ministro de Asuntos Exteriores de mafioso, y de no controlar sus ansia de poder.

El miedo, incluso para muchos no democristianos que han defendido a Andreotti, es que si llegara a producirse la caída del líder de la DC podría derrumbarse de golpe todo un partido que, en lo bueno y en lo malo, ha sido un punto de referencia para la democracia en Italia. Un partido que además está haciendo esfuerzos para renovarse profundamente.