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Obiols recomienda rechazar la "autohumillación" que la derecha exige al PSC

El primer secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE), Raimon Obiols, recomendó ayer a su partido que no caiga en la tentación de la "autohumillación" que le exige la derecha desde las últimas elecciones al Parlament. Hablando ante los,565 delegados que asisten al IV Congreso del PSC, que se inauguró ayer en Barcelona, Obiols dijo que su partido está en expansión y que la crisis que padece la izquierda no le afecta. En la madrugada de hoy la gestión de la ejecutiva saliente fue aprobada por el voto favorable del 70,7% de mandatos y reprobada por el 7,5%.'La abstención alcanzó al 21,4%. Estos porcentajes representan 7.777 votos favorables, 829 contrarios y 2.357 abstenciones.Las principales críticas giraron ayer en torno a las relaciones del PSC con el PSOE y el Gobierno. El debate a puerta cerrada estuvo condicionado por el informe sobre la gestión -dé la ejecutiva saliente expuesto previamente por Obiols. Las críticas formuladas en ese debate coincidieron en señalar la falta de penetración del PSC en el mundo rural, en el laboral y en los medios intelectuales y profesionales, así como en la falta de una fórmula para ejercer una oposición parlamentaria eficaz.

El congreso se celebra en las Cotxeres de Sants, bajo una fuerte vigilancia, a cargo de efectivos de la Policía Nacional en el interior y exterior del lugar. A los delegados asistentes, que representaban a 11.000 de los 12.630 militantes censados oficialmente, dirigió ayer una salutación Pasqual Maragall, en su doble condición de alcalde de Barcelona y dirigente socialista. En una clara alusión a Convergéncia i Unió y al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, Maragall afirmó rotundamente, entre aplausos, que el cuarto congreso del PSC serviría "para demostrar que Cataluña no es la caricatura que nos quieren vender. No es monográfica, ni monotemática, sino pluralista y rica".

Peligros

En su presentación del balance de la comisión ejecutiva saliente, Raimon Obiols eludió, prácticamente, cualquier alusión a la gestión propiamente dicha. El primer secretario del PSC optó por un discurso, criticado por. gran número de congresistas por su escaso contenido, en el que analizó los peligros internos y externos que acechan al partido. Obiols incluyó, aunque muy escuetamente, algunos elementos de autocrítica: "Existen carencias en nuestros planteamientos y en la gestión de nuestra ejecutiva", afirmó. Sin embargo, no profundizó luego en el tema, salvo para-referirse a tres aspectos concretos: la pérdida de dimensión obrera del partido, el retraso en la implantación dentro de las comarcas y el escaso éxito obtenido en la recuperación de Ios desencantados". Obiols se refirió, posteriormente, a las dificultades halladas por los socialistas para dar a conocer. su mensaje político "hasta tal extremo que parece que no existe".El dirigente socialista habló a continuación de una serie de peligros exteriores que afectan al PSC. Por una parte, "la campaña inteligente de la derecha para enmascarar los problemas y abrir un proceso de confusión respecto a nuestro partido". Y por otra, las actitudes de "autoconmiseración" y las "discusiones esencialistas" referidas al debate abierto en torno a la crisis de la izquierda. "No congelaremos nuestra actuación para plantearnos quiénes somos y adónde vamos; esta actitud es impresentable", afirmó Obiols. El primer secretario del PSC reconoció que existe una crisis de análisis, pero subrayó la "tendencia a la centralidad" del partido en el marco de la izquierda catalana. Luego admitió que, en todo caso, la crisis afecta a otras organizaciones porque "a un partido como el nuestro, en expansión, no se la puede incluir".

Obiols admitió que el PSC debe mejorar sustancialmente las relaciones con el PSOE y fortalecer su presencia en el conjunto del socialismo español. Sin embargo, advirtió que "no podemos caer en el error de pensar que esto tiene soluciones formales".

El primer secretario del PSC elogió el proceso de unidad socialista: en Cataluña y manifestó que, si ésta no se hubiese realizado, "no se hubiera producido el restablecimiento de las instituciones catalanas".

Al afrontar la cuestión de las siglas del partido y la presencia explícita de las iniciales del PSOE junto al PSC, el dirigente socialista catalán fue tajante al manifestar su oposición a "cambios formales en nuestras señas de identidad actuales". Reafirmó así la posición del sector oficialista sobre esta cuestión, que se prevé será uno de los caballos de batalla de la comisión de organización. "Nos deja ríamos arrastrar por las intenciones de nuestros adversarios si introdujéramos estos cambios y, a pesar de ello, seguirían señalándonos como una fuerza anticatalana", dijo Obiols.

El líder socialista se mostró extremadamente preocupado por las intenciones de la derecha y de algunos medios de comunicación (a los que no identificó) que "tratan de conducir a los socialistas", dijo, .a un proceso de autohumillación" y de producir "fracturas en nues'tro partido", tras los resultados de las últimas elecciones autonómicas.

Al referirse a la política de futuro del PSC, para el caso más que probable de que la nueva ejecutiva tenga una composición similar a la saliente, Obiols puso especial énfasis en la incidencia de los socialistas en la sociedad civil, en un claro intento de recuperar la iniciativa en un ámbito dominado por Convergéncia. "No seamos ridículos y no permanezcamos callados ante la piratería pujolista que está impregnando la sociedad catalana de formulaciones absolutamente reaccionarias", recomendó a los congresistas.

El PSC, según dijo, debería orientar su trabajo entre la sociedad civil, llevando la problemática social al Rarlament y la actividad de la Cámara a la calle, y practicar una actitud "dialogante y humilde" ante las nuevas propuestas que surjan de la ciudadanía para, de esta forma, "recuperar la fuerza del partido".

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