Nunca tan pocos restaron tanto a casi todos

El mercado se comportó ayer mejor de lo que esperaban los analistas, después de que en la jornada anterior la euforia dejara paso al nerviosismo causado por la escalada de violencia. La escasa aparición de realizaciones de beneficios, sin embargo, demostró que la bolsa goza de un apreciable fondo de resistencia y que no está dispuesta a ceder sus posiciones, a pesar de que en el último día de la semana pueda continuar el goteo a la baja.Una vez más el centro de atención de los operadores se situó en el sector eléctrico, respecto al que cada día se publican nuevas alternativas en el espinoso tema de los intercambios de activos. La jornada de ayer no fue distinta y la sesión terminó sin que nadie supiera nada sobre la suspensión de la cotización -de Hidrola e Hidruña, en vista del principio de acuerdo según el cual la primera sociedad comprará la segunda mediante un intercambio de acciones conforme a la cotización que ambas sociedades tuvieran en el momento de fijar el compromiso.

Esta operación, al igual que las intenciones de Iberduero para comprar a Unión-Fenosa la mitad de sus participaciones en Almaraz y Trillo, o los rumores sobre la posibilidad de que Endesa Enher compren a Fecsa su participación en Vandellós II una parte en Ascó I y II, pueden equilibrar los resultados de las grandes del sector, aunque todavía subsistan las incógnitas sobre el futuro comportamiento de Sevillana. En todo caso, el sector sufrió algo por la presencia de órdenes de venta, pero en muy escasa cuantía, lo que sugiere que los operadores prefieren esperar aún para materializar sus ganancias.

Más a nivel bursátil, ayer circulaban por el parqué intensos rumores sobre las próximas ampliaciones de capital de Sevillana y Unión-Fenosa. Según parece, ambas sociedades estudian la posibilidad de coincidir casi en el tiempo y totalmente en las condiciones para evitar caer en una competencia no deseada.

En principio, el plazo de suscripción irá de la primera quincena de diciembre a la primera de enero, para permitir a los ahorradores que elijan desgravar el 15% durante el ejercicio 1984, o el 17% en el ejercicio 1985 (si es que se aprueba el proyecto de Presupuestos, lo que no parece dificil). Mientras Sevillana pensaba ampliar en la proporción de una por seis, liberada al 50%, Unión-Fenosa hacía lo propio en la proporción de una por ocho, también al 50%. Quizás, al final, el acuerdo salomónico se sitúe en una por siete.

El comportamiento de los otros pesos pesados de la bolsa concuerda con lo anodino de la situación. Mientras los siete grandes bancos se encontraron con un saldo negativo de 44.966 títulos, lo que no es buena señal, se supo que más de uno había metido dinero en la cava, lo que sí constituye un buen síntoma de que no hay interés en que los cambios se deslicen a la baja.

Los analistas consideran, sin embargo, que el índice sectorial de estas instituciones se moverá poco hasta finales de año, a pesar de que algunas lenguas viperinas consideren que la renegociación de los 800.000 millones de pesetas en pagarés del Tesoro les brindará una buena ocasión para presionar a las autoridades monetarias en el tema de los coeficientes.

Telefónica, por su parte, ganaba 0,125 enteros en lo que algunos consideran un intento de reconquistar la par antes de fin de año.