Unos 700 españoles permanecen encarcelados en el extranjero

Cerca de 700 españoles están presos en diversas cárceles de todo el mundo por delitos comunes, según estimaciones realizadas por la Dirección General de Asuntos Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores. La mayor parte sufre penas cortas por delitos menores, pero se observa un sustancial incremento de acusaciones por tráfico de drogas. Del total de presos, sólo unos 430 casos son conocidos y reciben ayuda de los consulados españoles. El resto o bien no ha querido acogerse al Convenio de Viena sobre relaciones consulares de 1963 -por el que tienen derecho a informar al cónsul español y a recibir sus visitas y ayudas- o ha sido detenido en Estados totalitarios a no firmantes de este convenio.

La mayor parte de los presos lo son en los países europeos en los que residen mayor número de emigrantes españoles, o a los que viajan mayor número de turistas con esta nacionalidad: Francia, República Federal de Alemania, Suiza... Las causas más frecuentes son faltas contra el Código de Circulación, que en algunos de estos países acarrean pequeñas penas de cárcel, incluso aunque no haya habido accidentes. Luego, siguen los hurtos en supermercados y grandes almacenes y las reyertas. No obstante, estadísticas elaboradas por la República Federal de Alemania (RFA) muestran que la colonia española en ese país es, junto a la británica, la que presenta una menor tasa de criminalidad, siendo ésta muy inferior a la media del conjunto de la RFASi bien la cifra de pequeños delitos se mantiene prácticamente estable, los delitos de tráfico de estupefacientes muestran un importante aumento. En la actualidad, de los 430 casos conocidos, una cuarta parte, aproximadamente, está directamente relacionada con este problema. Está previsto para un futuro inmediato que las embajadas y consulados españoles participen en la lucha contra la droga con la ayuda de personal especializado, no diplomático, que se ocupará de la información y prevención.

Los recuentos que periódicamente hace la Dirección General de Asuntos Consulares de los casos de españoles encarcelados en el extranjero, en base a los datos conocidos por los consulados, muestran un fuerte incremento en el número de presos. El recuento hecho en 1983 dió una cifra de 336 españoles en prisiones extranjeras; es decir, un 20% menos que el último sondeo. Hace diez años, sólo existían 50 casos, aunque el aumento, desde entonces, no se puede atribuir sólo al problema de la droga, sino a que antes era también muy inferior el número de españoles que viajaba al extranjero y, muy probablemente, a que la menor confianza de los españoles en el funcionamiento del Estado hacía que entonces fuesen menos los presos que deseaban informar de su situación a los consulados.

En la actualidad, la mayor concentración de presos por asuntos de drogas se da en la circunscripción del Consulado General en Lille (norte de Francia). Allí existe más de medio centenar de presos, que han sido detenidos todos ellos cuando trataban de pasar estupefacientes, desde Holanda hasta España, a través del territorio francés. Son, casi todos, pequeños traficantes que no conocían que la policía francesa ha venido intensificando su vigilancia sobre esta ruta durante los últimos tiempos.

En las cárceles de Tailandia, existen aún 11 presos por este mismo motivo, pero la divulgación de estos casos a través de la Prensa parece haber hecho disminuir el número de españoles que viajaban a ese país para comprar drogas, lo que ha ocasionado no sólo que la cifra no haya aumentado, sino que, además, disminuyera el flujo turístico desde España a Tailandia. Especialmente preocupantes son las condiciones de reclusión de los seis españoles encarcelados en Perú y de los dos que los están en Ecuador.

Cooperación penal

Para evitar estos problemas, se inició una política de cooperación penal con otros países, firmando acuerdos por los cuales los españoles que lo deseen pueden solicitar ser trasladados a cárceles de su propio país. Ya se han firmado acuerdos con Dinamarca y Tailandia y se está a punto de hacerlo con Perú; existen también proyectos de firmar acuerdos, en un futuro inmediato, con México y Marruecos.En el caso concreto de Tailandia, la legislación de este país exige que se cumpla allí una buena parte de la pena, por lo que aún no han sido repatriados los 11 españoles que permanecen encarcelados en sus prisiones. El acuerdo impide, igualmente, que los condenados por los tribunales tailandeses se acojan en España a su propia legislación -menos rígida- y exige que no haya ninguna reducción de pena, si bien los reclusos, una vez regresen, podrán acogerse a los beneficios de redención por trabajo o al régimen abierto, si es que demuestran buena conducta.