Juan Cotan,
párroco de la localidad sevillana de Ginés, negó la entrada en la iglesia al cadáver de un hombre porque había vivido con una mujer sin estar casado con ella. Los familiares del difunto tuvieron noticia del veto cuando se disponían a trasladar el féretro a la iglesia. La razón que esgrimió el párroco, tras consultar el caso con sus superiores, fue que las relaciones entre Manuel Maye y su mujer eran ilegales por encontrarse en concubinato.
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