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Un policía municipal de una grúa detiene a un atracador de 14 años

Un policía municipal de servicio en una grúa capturó ayer a un muchacho de 14 años que acababa de atracar una entidad bancaria, según informaron fuentes de este cuerpo. El agente recorría el distrito de Tetuán en una grúa cuando observó cómo caía al suelo un hombre que corría tras un chico. El hombre dijo: "¡Al de azul, al de azul!", y el policía municipal saltó de la grúa en marcha y culminó con éxito la persecución.

El atraco del que se acusa al muchacho de 14 años se produjo a las 12.10 horas de ayer en la sucursal del Banco de Vizcaya situada en el cruce dé las calles de Rosario Pino y Capitán Haya. Dos jóvenes, uno de los cuales esgrimía lo que parecía un revólver, se apoderaron de medio millón de pesetas y se dieron a la fuga corriendo, en direcciones distintas.Uno de los chicos, que vestía de azul y llevaba una bolsa con el botín, fue perseguido por un policía municipal de tráfico, que en esos momentos se encontraba libre de servicio. El agente, de paisano, co rrió unos metros tras el fugitivo, cayó al suelo y se rompió un dedo. Entonces vio como pasaba cerca una grúa con dos auxiliares de la empresa concesionaria de este ser vicio y un policía municipal a bordo, y pidió ayudacon las palabras antes mencionadas. El policía municipal de la grúa abandonó el vehículo sobre la marcha, persiguió al muchacho y logró capturarlo a los pocos instantes. Mientras tanto, policías nacionales que patrullaban por la zona habían detenido al cómplice en el atraco. Los dos muchachos, ambos de 14 años, fueron trasladados a la comisaría de Tetuán. En su poder se encontró el botín del atraco, una navaja y un revólver del calibre 22 simulado, pero soprendentemente cargado con munición auténtica.

Por otra parte, un taxista consiguió frustrar en la noche del pasada martes el atraco del que era víctima, mediante el abordaje con su automóvil de un coche zeta, informó ayer la Jefatura Superior de Policía. El incidente tuvo lugar hacia las 21.30 horas en la calle de Nuestra Señora de la Luz, en Carabanchel. Poco antes el taxista había sido requerido por un supuesto cliente, que, una vez en el interior del coche, le amenazó con una pistola de gas del calibre ocho milímetros, cargada con cuatro cartuchos, y se apoderó de las 2.500 pesetas de la recaudación. El conductor del taxi cuando vio al zeta hizo una brusca maniobra para situarse a su lado y pedir auxilio. Los policías nacionales detuvieron al ocupante del taxi y le ocuparon el arma y el dinero. El detenido ha declarado que el taxista le entregó el dinero sin coacción.

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