La reconstrucción del accidente del autobús ocurrido en Barcelona estuvo rodeada de incidentes

La reconstrucción judicial del accidente de tráfico que el pasado lunes terminó con la vida de cuatro transeúntes barceloneses fue criticada ayer en distintos círculos vinculados con el Ayuntamiento y por el comité de empresa de Transportes de Barcelona. Varios centenares de curiosos presenciaron la reconstrucción, que se desarrolló pasadas las dos de la madrugada de ayer. Algunas personas increparon a Benigno Corzo, el conductor del autobús que arrolló a los cuatro peatones, mientras que otras, familiares y compañeros suyos, le defendieron y le instaron a no participar en la reconstrucción del accidente.

Benigno Corzo -que actualmente está en baja laboral por accidente- subió al autobús con el que arrolló a cuatro transeúntes. Algunos miembros del comité de empresa le recomendaron que no lo hiciera, al tiempo que criticaban muy duramente que se hiciera la reconstrución. Una mujer, al parecer esposa de un empleado de la compañía, llegó incluso a subir al autobús para, a gritos, protestar por el trato "inhumano" que estaba recibiendo el conductor.Antes de coger el volante, el conductor, acusando ya la presión acumulada de los dos días anteriores, sufrió un desvanecimiento que no le permitió continuar la reconstrucción. Sentado en uno de los asientos del autobús y_en el mismo lugar del accidente, Corzo tuvo que cubrirse la cabeza con su chaqueta de piel cuando algunos fotógrafos intentaron registrar la escena. Una de las personas que estuvo cerca de él aseguró que se puso a llorar y que exclamó: "Quisera ser uno de los muertos".

Otro conductor de la compañía de autobuses puso en marcha el vehículo y, al llegar al paso de peatones, accionó el freno. El autobús frenó sin problemas. Corzo fue conducido de nuevo a su casa, donde ayer permanecía "abatido", según su esposa. Un directivo de la empresa municipal de transportes, que no quiso enjuiciar la orden judicial, calificó, sin embargo, al juez de "inexperto".

Portavoces del comité de empresa de Transportes de Barcelona manifestaron que "en estos momentos nadie tiene elementos que le permitan decir si fue un fallo humano o técnico". Las mismas fuentes se quejaron de que "la acción del conductor ha sido prejuzgada", y dijeron que en el momento del accidente pudo haberse producido una disfunción momentánea del sistema de frenado y una súbita aceleración. Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona, descarté ayer cualquier hipótesis de negligencia o malicia por parte de Benigno Corzo.