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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un buen Festival de Otoño

EL FESTIVAL de Otoño de la Comunidad de Madrid ha producido a lo largo de mes y medio un importante número de acontecimientos; han comparecido en la ciudad y en los pueblos -algunos de los cuales llevan muchos años abandonados en el aspecto cultural- desde pequeños grupos teatrales propios o venidos de otras comunidades hasta grandes figuras y conjuntos de fama mundial. Los organizadores materiales del festival tienen ya importantes experiencias anteriores, que han sido de gran utilidad. En cambio, la dirección política de la comunidad se enfrentaba por primera vez con un hecho de esta envergadura, y probablemente sus resultados y los comentarios que hayan podido recibir puedan servirles para las futuras orientaciones si no se dejan llevar simplemente del triunfalismo al que con facilidad podría llevarles lo que indudablemente puede considerarse como un resultado óptimo con respecto a los fines previstos.Quedan algunas cuestiones que se deberán plantear, o que han sido ya esbozadas. Por ejemplo, si la carga de este esfuerzo en un período relativamente breve podría ser más eficaz en una acción continuada a lo largo de toda una temporada; si la cultura en esta comunidad -como, por cierto, en toda España- necesita mayor cuidado en la base -en la enseñanza, en la divulgación- que en el acontecimiento; si se puede dirigir la propaganda de una manera que evalúe realmente la importancia de los hechos (el Ballet de Suttgart, por ejemplo, no ha vendido todas las localidades disponibles, mientras el concierto de Bernstein provocaba la reventa a precios astronómicos); si los lugares elegidos para las actuaciones son en todos los casos los convenientes; si .ha existido una cuestión de elitismo en la selección oficial de público, o si la coincidencia con otros acontecimentos ha podido deslucir algunos de ellos. Son cuestiones heterogéneas, que atañen desde a la alta dirección política a la mera organización y que se apuntan como base para la reflexión a partir de algo que, al suceder por primera vez y con una magnitud importante, puede considerarse como imprevisto. Tampoco se refieiren exclusivamente a la Comunidad de Madrid: algunos de estos problemas, sin duda los más importantes, están planteados en la administración de la cultura del Estado y simultáneamente en algunas autonomías; y en este aspecto pueden producirse algunas concurrencias. Quizá no sea mala la idea de que se debatan o traten conjuntamente los problemas planteados. La cuestión que atañe comunmente a España es la de una antigua desculturización, que se ha producido por igual (puesto que uno sólo era el centro de donde dimanaba la dirección errónea o intencionada), y sin perjuicio de las diferencias, propiedades, bases, idiomas o sentidos autóctonos de las culturas, hay unas bases comunes de restauración y de práctica cotidiana y de intercambio de experiencias que pueden ser de gran utilidad a cada uno.

El Festival de Otoño en Madrid ha cumplido los pronósitos que se había planteado, y ni esas observaciones ni pequeños fallos que hayan podido, producirse, ni la relatividad de las calidades de algunos acontecimientos con respecto a otros, empañan el resultado de una aventura difícil que ha salido muy bien. Hay un prestigio brillantemente conseguido, una profesionalidad demostrada y una intención loable. Además de la acumulación de unas experiencias importantes que, bien analizadas, suponen el principio de algo que promete un excelente desarollo en el futuro inmediato.

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