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Tribuna
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Los paracaídas están olvidados encima del piano

La presión del papel disminuyó en el transcurso de la sesión de ayer, pero, lamentablemente, el dinero escaseó aún más, por lo que el resultado fue muy poco lucido. Es más, la pérdida de la cota del 142% por parte del índice general sitúa al mercado en situación de caída libre hasta el 137%, según las técnicas chartistas. Así que la indecisión de días anteriores se ha resuelto por la vía fácil.El descenso de 2,21 puntos en el altírnetro bursátil son palabras mayores, pero poco se podía esperar desde el momento que los sectores básicos dieron muestras de no poder encontrar contrapartidas compradoras a unas órdenes de venta relativamente escasas.

Los bancos registraron saldos negativos, hasta un total de 364.182 títulos, y quedó bien evidente que el sector se encuentra en una cómoda posición, con importantes expectativas de beneficios, por lo que no va a utilizar el espejo de la bolsa para mejorar una imagen que no necesita perifollo alguno. Si se confirma esta actitud, todos aquellos rumores anteriores sobre posibles ampliaciones de capital no tienen sentido, ya que los bancos podrían encontrarse con verse obligados a aumentar las autocarteras. Algo indeseable para las autoridades económicas y poco deseable para las propias entidades.

Telefónica, por su parte, se ha visto obligada a ceder otro entero después de defenderse como gato panza arriba en las últimas sesiones, dando la razón a aquellos operadores que se habían situado a la baja en jornadas anteriores basándose en la vieja afirmación de que el mercado termina por imponer sus leyes. Peor aún es que las lenguas viperinas aseguran que en las postreras jornadas de la ampliación se registrará una considerable cosecha de cupones, que los más pesimistas cifran en torno a 80 millones.

Pero donde se encuentra el centro de la borrasca es en el sector eléctrico, que sufre con las incertidumbres suscitadas por la posible nueva ronda negociadora de las compañías con Industria para intentar solucionar las contrapartidas y las consiguientes ventas de activos. Los expertos, de todas formas, continúan asegurando que sí habrá ampliaciones y, sin ir más lejos, ayer se daba como segura la operación de Hidrola, en la proporción de una acción nueva por cada 32 antiguas, gratis, a partir del próximo 15 de noviembre; en diciembre se realizaría una segunda fase en la proporción de una por 10, con una liberación todavía no fijada pero que oscilaría entre el 60% y 70%. Sin garantía alguna, porque el mutismo de las sociedades en estas ocasiones hace fácil colocar cualquier rumor. Así, ayer se rectificaba la futura operación de El Encinar y se comentaba que ésta se realizará en la proporción de tres por cuatro, gratis. El tiempo dirá cuál es la verdad.

Lo que sí parece más seguro es que la bolsa se ha inclinado por la tendencia bajista después de unas jornadas indecisas, tal y como viene ya siendo tradicional en estas épocas del año. El significativo descenso del volumen de contratación - 1.090 millones de pesetas efectivas el pasado lunes- confirma que el bache es bastante profundo, y habrá que esperar que pasen estas semanas, con fiestas intermedias, para comenzar a pensar en tonos más positivos. A no ser que, mientras tanto, se haga la luz en los interrogantes pendientes.

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