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INVERSIONESMATERIAS PRIMAS

Cómo convertirse en propietario de 22.500 docenas de huevos

Los expertos aseguran que algunos inversores no se atreven a operar en los mercados de futuros porque tienen miedo de verse convertidos en propietarios de 1.000 cabezas de ganado o de 22.500 docenas de huevos. Todo un problema de almacenaje cuando lo que se pretendía era ganar algún dinero mediante la especulación.Y es que el especulador del mercado de futuros no se dedica a comerciar activamente con la mercancía que negocia. Incluso ni llega a ver las partidas que compra o vende, ya que las operaciones se realizan sólo sobre el papel. Pero, precisamente por ello, el especulador puede liquidar en cualquier momento su posición mediante la venta del contrato de compra del que es titular y transferir a otro la propiedad del producto antes de que llegue el momento de la entrega. Así puede evitarse ese riesgo que atemoriza a los principiantes.

El caso antes apuntado significa que el especulador se ha situado en una posición larga, es decir, primero ha comprado la mercancía para venderla posteriormente a un precio más alto (es decir, adopta una actitud alcista, ya que considera que el precio va a elevarse más tarde). Pero no es éste el único método de operar. Casi con mayor frecuencia los expertos se colocan en una posición corta, es decir venden un producto que todavía no han comprado, con la obligación de entrega futura. En este caso el especulador, que adopta una actitud bajista, tiene la, esperanza de poder adquirir ese producto más adelante a un precio inferior al que ha realizado la venta. Algunos operadores defienden las virtudes de las posiciones cortas debido a que los precios de las materias primas registran unos descensos más rápidos que las subidas.

Para realizar este tipo de operaciones basta con depositar una garantía del 5% al 20% del valor total de lo vendido o comprado. Pero no hay que olvidar que se asume la obligación de cubrir la operación de venta con otra de compra antes de que venza el plazo de entrega. La consecuencia de esta simetría en las ventas y las compras es que los especuladores pueden lograr beneficios, tanto en fases alcistas o bajistas.

Además el operador deberá pagar una comisión, una cantidad fija por contrato unitario, que se hace efectiva sólo en el momento de liquidar una posición, y que nunca excede del 1 % del valor de las mercancías. En casi todas las bolsas existen tarifas reducidas para las operaciones que se realizan en el mismo día y para los spread.

Para disminuir el nivel de riesgo es frecuente operar mediante la fórmula spread, que supone la compra de un contrato de futuros y su venta simultánea. El spread puede ser de tres tipos distintos: compra-venta del mismo producto en la misma bolsa, pero con meses de entrega diferentes; sobre mercancías distintas aunque relacionadas entre sí (trigo contra maíz o vacas contra cerdos), y sobre la misma mercancía pero en dos mercados distintos.

Finalmente, no hay que olvidar que las cotizaciones en los mercados de materias primas se señalan en puntos, que equivalen al 1 % de la unidad de referencia de cada producto (dólareslbushel para el maíz, trigo o habas de soja; o centavos/libra para el café; dolares/ tonelada corta -907,2 kilogramos- para el harina de soja, etcétera). Por otra parte, en los mercados de futuro las propias bolsas determinan la máxima fluctuación que puede producirse durante cada sesión y que también es distinta para cada producto.

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