Emmanuel Shinwell
El decano de los políticos
Un día de 1906, el líder conservador Bonar Law celebraba un mitin en la ciudad escocesa de Glasgow. El ambiente rezumaba una gran conflictivad social y entre los aplausos de algunos trabajadores tronó el grito de un joven obrero que exigía al orador una política contra el paro y la injusticia social. El alborotador fue instado al orden, pero bánicos cumple un siglo poco después volvió a repetir. su protesta y fue expulsado del acto. Así irrumpió en la política Emmanuel Manny Shinwell, futuro barón de Easington y ministro en tres ocasiones. La pasada semana, el decano de los políticos británicos celebró solemnemente, con el visto bueno de la reina Isabel, su 100º cumpleaños en la galería real de la Cámara de los Lores.
Emmanuel Shinwell nació en Londres en 1884, en plena era victoriana. Como en las novelas, de Charles Dickens, Manny tuvo una infancia dura, marcada por la miseria que se respiraba en los slums del East End londinense y de Gorbals en Glasgow. Su padre era un refugiado judío polaco que apenas sabía leer y que intenté mejorar, sin demasiado éxito, l2i precaria economía familiar con la constitución de un pequeño negocio de venta de ropa en South Shield, en el norte de Inglaterra.Manny era uno de esos niños que andaban por las grises calles de los suburbios con los; pies descalzos y que tuvo que dejar sus estudios a los 11 años para empezar a trabajar en Glasgow como recadero. Como muchos de ellos, soñó convertirse, sin lograrlo, en una figura del boxeo.
Lord Shinwell comenzó a militar en el laborismo desde muy joven. La suya, sin embargo, fue una elección más de carácter emotivo que basada en la reflexión intelectual. Como declaró recientemente al diario británico The Sunday Times, Manny nunca supe, muy bien quién era ese hombre que había muerto un año antes de su nacimiento, padre del marxismo. Manny, en cambio, conocía muy de cerca la vida de esas familias que vivían hacinadas en pocos metros cuadrados, con unas condiciones de higiene inexistentes, y de aquellos hombres que `no tenían otra cosa que hacer que: emborracharse". El socialismo para lord Shinwell se convirtió en el ideal de justicia y mayor bienestar que, en su opinión, ningún Gobierno ha logrado todavía llevar a la práctica.
En 1903 Manny trabajaba en una fábrica de ropa y empezó a desarrollar una intensa actividad sindical dentro de los sectores de tendencia más moderada. Su temperamento combativo, sin embargo, le fue forjando una imagen de agitador que culminó con su detención en 1919, durante las huelgas celebradas para lograr la reducción de la semana laboral a 40 horas por supuesta incitación a actos de violencia. Su actividad dentro de Clydeside, asociación responsable de la huelga de estibadores en 1911, le había merecido el título de uno de los salvajes de Clyde.
El sincero patriotismo de Shinwell es la otra cara de la imagen de revolucionario, exagerada por el temor del Gobierno de la posguerra al contagio de la revolución bolchevique que había triunfado en Rusia en 1917. El propio primer ministro conservador Winston Churchill, uno de sus mayores rivales políticos, destacó al término de la segunda guerra mundial la figura de Shinwell como ejemplo de entrega y fidelidad a su país tanto en tiempo de paz como de guerra.
Shinwell, que fue ministro de Minas ya en 1924, fue nombrado titular de Energía en 1945 y de Defensa en 1950. Y pasará a la historia por haber sido el responsable, en el Gobierno laborista de Clement Attlee, de la nacionalización de las minas de carbón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.