En España continúa la práctica de torturas, según Amnistía Internacional
Amnistía Internacional (Al), en su referencia a España dentro de su Informe anual, denuncia la continuación de torturas y malos tratos a los detenidos, especialmente a aquellos a los que se aplica la legislación antiterrorista actualmente vigente. El informe, redactado en Londres y correspondiente a 1984, que será presentado el miércoles en Madrid, cifra en 691 el número de detenidos a lo largo del pasado año, "muchos de los cuales quedaron posteriormente en libertad sin que se hubiesen formulado cargos contra ellos".
El informe de este año, al igual que el del pasado, centra en la 513ª Comandancia de la Guardia Civil con sede en San Sebastián, el lugar donde se producen los principales casos de torturas, como ha ocurrido con el joven Joaquín Olano, en cuyo interrogatorio sus gritos intentaron ser ocultados con un aparato de radio a alto volumen. Este joven, reconocido por los médicos tras su interrogatorio por la Guardia Civil, presentaba "conmoción cerebral, heridas inciso-frontales en cuero cabelludo, múltiples erosiones y equimosis en zona lumbar, abdominal y extremidades superiores".La Guardia Civil, en una nota informativa relacionada con su detención, ocurrida el 29 de julio de 1983, comunicaba que las heridas citadas se las produjo Olano "al intentar fugarse y como consecuencia de que había sido necesario reducirle". Se da la circunstancia de que los guardias civiles que interrogaron a Olano pertenecen al mismo acuartelamiento de los agentes que han sido procesados por un supuesto delito de torturas y condecorados recientemente por el Ministerio del Interior. Estos guardias civiles, sin embargo, han sido suspendidos de empleo por resolución judicial, aunque con posterioridad al anuncio de sus condecoraciones.
Otro caso específico que relata Amnistía Internacional también está relacionado con la Guardia Civil donostiarra y hace referencia a la detención, el 28 de diciembre de 1983, del teniente de alcalde de la localidad guipuzcoana de Villabona, José María Olarra. Este munícipe fue interrogado por un grupo de guardias civiles de paisano, compuesto por una docena de personas, según el informe de AI, cuyo jefe le golpeó en los testículos. Los integrantes del grupo le dieron puñetazos en la cabeza y en el cuerpo, además de "sujetarle a un aparato por cuyo medio le obligaban a sumergir la cabeza en agua sucia".
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