La Democracia Cristiana desafía a la Mafia al nombrar jefe del partido en Sicilia al hermano del presidente regional asesinado

La Democracia Cristiana (DC) italiana lanzó ayer, a la hora en que en Palermo se procedía al entierro de los ocho mafiosos asesinados el jueves, el mayor desafío de su historia a la Mafia siciliana. El partido más influyente de Italia ha nombrado alto comisario (jefe regional) del grupo en la isla, con plenos poderes, a Sergio Mattarella, hermano del que fue presidente de la región y muriera asesinado por la Mafia hace tres años por pretender. colaborar con el partido comunista en la lucha de éste contra la honorable sociedad. Este nombramiento es un desafío en toda regla porque para nadie es un secreto que sin el apoyo directo o indirecto de los democristianos la Mafia es un pez fuera del agua.

En Palermo, mientras, no hay acuerdo entre la policía y la magistratura sobre la causa de la matanza de la madrugada del jueves. Al tiempo que aquélla no excluye que se trate de un simple ajuste de cuentas por el control de las apuestas clandestinas de caballos, sin conexión directa con arreglos mafiosos, el juez Giovanni Falcone, el mayor conocedor de los asuntos de la Mafia, es taxativo: "Una matanza de estas proporciones no puede hacerse sin el consentimiento del consejo de jefes de la Mafia".Todo hace pensar que ha sido una acción llevada a cabo por el grupo vencedor en la guerra que asoló la isla en el período 19811983, el clan encabezado por Filippo Marchese, quien, con Zanca y Vernengo, controla el territorio donde se produjo la matanza. Estos tres hombres, huidos en la actualidad, pertenecen -según Tommaso Buscetta, el primer capo que ha decidido colaborar con la policía- a la comisión suprema de la Mafia, formada por 12 miembros.

Los tres son considerados el brazo militar de la Mafia palermitana, y, según Falcone, han querido, o vengarse de la familia Badalamenti-Buscetta, o demostrar con esta matanza histórica que su poder no se ha visto mermado un ápice por las revelaciones de Buscetta, perteneciente al clan perdedor de la guerra de 1981-1983.

Para policía y Judicatura: hay una cosa cierta: los ocho delincuentes fueron acribillados a tiros por tres expertos, ya que murieron en una cuadra en la que había 20 caballos y ni un solo proyectil de los aproximadamente 200 disparados alcanzó a los animales El diario napolitano Il Mattino comentaba ayer que "así no se mataba en Silicia ni a los caballos" en alusión directa a la atrocidad de la operación, ya que más de una de las víctimas tenía destrozados la cabeza y el corazón.

Esta acción parece haber empujado a la Democracia Cristiana a tomarse en serio los intentos de renovar el partido en Sicilia, hasta ahora siempre saldados con fracasos. Quien lo había intentado había caído bajo el plomo mafioso, como Mattarella o Michele Reina, secretario regional. Desde que entró en la secretaría del partido un hombre del Sur, Ciriaco de Mita, profundo conocedor de la Mafia y de la Camorra, se han llevado a cabo varios intentos de hacer limpieza, pero por el momento todo ha sido inútil, a pesar de que el partido se está jugando en Sicilia su credibilidad nacional.

El penúltimo esfuerzo de limpieza lo llevó a cabo un andreottiano, Carlo Felici, quien, tras cinco intentos vanos de que el partido aceptara el candidato que él proponía como alcalde para Palermo, consiguió formar un Gobierno monocolor. Pero en él, el gran capo democristiano Vito Ciancimino, hoy confinado, consiguió imponerle tres concejales de su órbita, que están controlando de nuevo el ayuntamiento.

A los tres meses de su nombramiento, también cansado y descorazonado, Felici ha dimitido irrevocablemente. Este ha sido el momento escogido por De Mita para enviar a Sicilia a un personaje indiscutible en el partido, el hermano de Pier Santi Mattarella, quien fuera asesinado por querer combatir a la Mafia. Sergio Matterella pertenece al grupo de Benigno Zaccagnini, considerado como el hombre más limpio de la Democracia Cristiana y posible candidato a la sucesión de Sandro Pertini en la presidencia de la República.