Las extradiciones, una cuestión abierta

Una fracción importante e influyente de la opinión francesa se manifiesta radicalmente opuesta a la extradición de los presuntos etarras refugiados en Francia; algunos sectores del Partido Socialista (PS) francés, sobre todo, lo expresan sin ambages. En la cumbre interministerial hispanofrancesa que comienza hoy en Barcelona este asunto tal vez centrará buena parte de las conversaciones. Es de esperar que los representantes de los dos Gobiernos aclaren algunos de los equívocos que, en Francia al menos, envuelven este problema.A pesar de que los Gobiernos de España y Francia valoran especialmente el problema vasco en estos momentos de estrecha colaboración, en la reunión de trabajo de Barcelona no participarán los ministros de Interior ni de Justicia de España y Francia. Al amparo del giro de la política francesa respecto al problema vasco, giro culminado con las tres recientes extradiciones de etarras, podría creerse que la opinión francesa, y más aún la que apoya al Gobierno, comparte la nueva política de este último, respaldo que dista de ser unánime.

Las tres publicaciones más favorables al Partido Socialista (PS) y a su Gobierno, que son de las más representativas de la Francia contemporánea en el sector informativo, no han dudado en manifestar agriamente su desacuerdo con el Ejecutivo: los directores de los diarios Le Monde y Libération, y el del semanario Le Nouvel Observateur, en comentarios o editoriales, han echado en cara al presidente François Mitterrand y a su Gobierno "la falta" que ha cometido con la extradición de los etarras. En todos los casos se subraya que el derecho ha sido "pisoteado" por "apaños políticos" de los que, en última instancia, nadie sabe nada con certeza.

Dos diputados socialistas se han separado abiertamente de la postura de su Gobierno. Otro parlamentario del PS, en los pasillos de la Asamblea de Diputados, declaró lo que parece el estado de ánimo que tienen muchos socialistas a propósito de esta cuestión: "Apruebo la decisión del Gobierno (la extradición de los tres etarras), pero no quiero hablar de este tema". Los comunistas, a su vez, lanzan críticas fulminantes al Gobierno, aunque en este caso particular se pone en duda la autenticidad de su posición, ya que en muchos casos semejantes sus determinaciones las adoptaron en función de sus intereses coyunturales.

En el mundo intelectual francés las opiniones no son totalmente coincidentes, pero destacan posiciones manifestadas en la Prensa por dos filósofos de primera fila en Francia, Gilles Deleuze y François Chatelet. Los dos y el psicoanalista Félix Guattari escribían ayer en el diario Le Monde que "las extradiciones y las expulsiones de los vascos refugiados en Francia crean una grieta grave, quizá irreversible, en la confianza que depositábamos, a pesar de todas las incertidumbres, en el Gobierno de François Mitterrand", y añaden que se oponen a toda expulsión o extradición y, de inmediato, "nos oponemos a la extradición de Linaza Echeverría".

Por el contrario, un constitucionalista reconocido en Francia, Maurice Duverger, defiende las extradiciones de los etarras por entender que practican el terrorismo contra la democracia española. Los ministros más relacionados con el problema acaban de convencer a la opinión pública del fundamento jurídico que apoya su acción contra los etarras, y nadie sabe aún cuáles serán los criterios que servirán en lo sucesivo para conceder el estatuto de refugiado político, reconocido por Mitterrand en su discurso de Bayona. Es oportuno subrayar que un ministro muy allegado a Mitterrand afirmó hace unos días que "el problema vasco es un problema político, y nuestra actitud actual, extradiciones incluidas, tiende a forzar una negociación entre Madrid y ETA Militar".