Manuel Vicent
Coincido con el lector que elogia calurosamente a Manuel Vicent y me sumo con el máximo interés a su propuesta de que la administración del diario retribuya sus colaboraciones con mayor largueza.Ciertamente es un gran escritor, imaginativo y paradójico. Un gran prosista. Pero al mismo tiempo, al menos en lo que yo conozco, se manifiesta como un iconoclasta, disgregador de esos valores y pautas de comportamiento que constituyen los asideros necesarios para paliar nuestra inseguridad vital.
Sin embargo creo que existe un Vicent sensible y tierno, poeta y sentimental. Un Vicent que no cree que "el hombre sea una breve aventura química sin sentido", aunque tal haya escrito pensando quizá en Jacques Monod. Su verdadera esencia se ha revelado, puede ser que maigré lui, en una de sus últimas columnas, la titulada Lara. Es posible que como a Unamuno le preocupe también la pervivencia de su identidad o, como a Koestler, que en el momento supremo mantiene "la esperanza tímida de una vida eterna". Así lo deseo-