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Miembros del Gobierno reprochan al PSC su escaso apoyo al Ejecutivo en Cataluña

Varios ministros del Gobierno socialista consideran que, en estos momentos, el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) es un interlocutor insuficiente para la política gubernamental en Cataluña según informaciones recogidas por EL PAIS de altos cargos ministeriales. Al menos dos departamentos -Administración Territorial y Transportes y Comunicaciones- mantienen diferencias importantes con la dirección de los socialistas catalanes.

El distanciamiento entre el primer secretario de los socialistas catalanes, Raimon Obiols, y representantes gubernamentales, llega hasta el complejo del palacio de la Moncloa, donde se escuchan fuertes críticas sobre la gestión de la ejecutiva del PSC y la incidencia de este partido en la sociedad catalana, antes y después de la derrota en las elecciones autonómicas del pasado 29 de abril. "En el PSC aún late el síndrome de la derrota en las pasadas elecciones autonómicas". Esta frase, atribuida por dirigentes del PSOE al vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, resume el clima que se respira habitualmente en muchos ministerios sobre la pérdida de peso específico de los socialistas catalanes en los núcleos de poder. "Los contactos entre altos cargos gubernamentales y los socialistas catalanes o no existen o son malos", manifestó ayer un ministro del Gabinete de Felipe González. De este análisis quedan fuera las relaciones con los ministerios de Defensa e Interior, por tener una dinámica propia, y con el Ministerio de Cultura, cuyas transferencias a la Generalitat están ya completadas.

Malas relaciones se consideran globalmente las que comportan negociaciones políticas con los ministros denominados guerristas, por ser políticamente afines a Alfonso Guerra. Éste sería el caso de Tomás de la Quadra (Administración Territorial) o de Enrique Barón (Transportes). Las relaciones con los ministros del área económica próximos a Miguel Boyer se califican de inexistentes. "Los temas de política económica entre la Administración central y la Generalitat se resuelven siempre por la vía Cullell-Borrell -conseller de Economía y secretario de Estado respectivamente- sin la intervención del PSC", según las mismas fuentes.

Estos mismos sectores echan -en falta, en ocasiones, "una intervención clara, enérgica e inmediata" de los socialistas catalanes en apoyo de las tesis gubernamentales. "La actual dirección del PSC está más preocupada por aparecer ante la opinión pública catalana alejada de los planteamientos del Gobierno en los temas donde hay diferencia, que en aportar una imagen de cohesión con los planteamientos gubernamentales y del PSOE", manifestó un ministro socialista.

El ejemplo de los vascos

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En el Ministerio de Administración Territorial, por ejemplo, se contrapone el papel de los socialistas vascos con el que desempeñan los catalanes en la elaboración de proyectos de ley que tienen especial incidencia sobre las comunidades autónomas. Una iniciativa legislativa tan importante como es la ley de Bases de Régimen Local está siendo negociada en Cataluña por la Administración socialista con los representantes de Convergéncia i Unió, sin que las reclamaciones del PSC sean atendidas y, en ocasiones, ni escuchadas. En Euskadi, por el contrario, han sido los socialistas Txiki Benegas y Ricardo García Damborenea los que han negociado este proyecto de ley con el Gobierno socialista. En el ministerio se critica que la intervención se produzca a nivel de personalidades y que el PSC como partido se mantenga al margen. A esta polémica entre el PSC y el Gobierno hay que añadir las discrepancias que existen al abordar el diálogo de los socialistas catalanes con las otras fuerzas políticas o colectivos vinculados a la izquierda catalana. Obiols, según dirigentes socialistas españoles, se muestra insensible a los intentos de representantes institucionales del partido de abrir canales de comunicación que permitan iniciar un diálogo con estos sectores de la izquierda catalana.

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