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Tommaso Buscetta

El primer 'arrepentido' de la Mafia italiana

Juan Arias

Su nombre es Tommaso Buscetta, pero se le conoce por Masino, y en América Latina, donde se había refugiado huyendo de Sicilia, acosado por su banda rival, se llamaba José Roberto Escobar. Hasta hace unos días era sólo un importante jefe de la Mafia italo-americana. Ahora es un personaje mundial, casi un héroe: el rey de la lupara de tinta, porque sus confesiones, las primeras de un capomafia arrepentido, han puesto de rodillas ante los jueces italianos a 366 personas y, lo que es más grave, revelado que entre ellas "no está ninguna de las verdaderamente importantes"

ommaso Buscetta ha vivido dentro de la organización de la Mafia 40 años. Salió de la nada, Era sólo uno que tenía la pistola fácil. Muy flexible para pasar de una banda a otra según le interesaba. Su historia es en realidad la historia de la evolución de la Mafia desde sus orígenes artesanales a la Mafia moderna con télex, ordenadores, aviones privados y tráfico internacional de droga. Cuando Buscetta entró en la Mafia coincidió con la famosa guerra de Palermo, cuando la media de muertos era de tres cada dos días. La Mafia empezaba a americanizarse, cambiaba la piel, y Masino, nombre por el que se le conoce, empezó a subir como la espuma. Demasiado para las ambiciones de. quienes entonces conquistaban con sangre la primacía de la nueva Mafia. Y tuvo que huir. En América se dio quizá demasiado a la dolce vita. Una vez fue acusado de haber matado a dos muchachas -en un club nocturno- con la mayor tranquilidad. Cambiaba continuamente de compañera y se hizo dos veces la cirugía plástica para rejuvenecerse.

Quizás sea ésa la razón por la que, viéndose derrotado Y, abandonado, se desplomara psiquícamente. Tal vez ello explique mejor que otras cosas esa especie de increíble conversión, cosa hasta hace unos días inconcebible para un jefe histórico de la Cosa Nostra.

En América, Buscetta era conocido como o rey da droga. Lo buscaba la policía de siete países. La primera vez que fue detenido en Brasil se limitó a decir a los policías: "Sí, soy Tominaso Buscetta; díganme cuánto debo, porque mi libertad no tiene precio". Sin embargo, la última vez que fue detenido no pudo comprar su libertad Y fue a la cárcel,aunque dinero no le faltaba: se había comprado hasta una isla en el Atlántico, donde recibía a personajes importantes de medio mundo. Según los jueces de Palermo, cuando lo detuvieron en 1980 poseía, entre otras cosas, 48.000 hectáreas de selva virgen en Brasil.

Buscetta tiene 56 años. La Mafia, por haber confesado, le considera una manzana podrida y le ha condenado a muerte. Hay quien piensa que ha hablado sólo para vengarse de sus rivales, que habían hecho una matanza en su familia: dos hijos desaparecidos, muertos de lupara blanca; dos hermanos asesinados, y, con ellos su yerno y otros dos sobrinos. Desde Brasil había vuelto a Sicilia para vengar a su clan, pero se volvió a América porque se dio cuenta de que ya no tenía nada que- hacer.

Cuando fue detenido en Brasil y traído a Italia por primera vez se convirtió en el amo de la cárcel L'Ucciardone, en Sicilia, pero la policía se enteró de que Buscetta tenía preparado todo un equipo de paracaidistas especializados para hacerle huir de la cárcel, y le trasladaron a la penitenciaría Le Nuove, de Turín. Allí Buscetta encontró a un juez siciliano, Nicolo Franco, que le creyó un perseguido político y le dio la libertad provisional. Masino aprovechó aquella gracia para escapar de nuevo a Brasil, donde el 25 de octubre de 1983 fue detenido de nuevo, junto con su cuarta mujer, María Caterina de Almeida.

El pasado 15 de julio, Buscetta llegó a Roma después de que las autoridades de Brasil concedieran su extradición a Italia. En la cárcel intentó suicidarse. Sus nervios empezaron a Vacilar, y el inteligente juez palermitano Giovanni Falcone, con grandes dotes de psicología, aprovechó aquella debilidad para ganárselo y convertirlo en el primer gran confesor del mundo impenetrable de la Mafia.

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