Sorpresa en Francia por el plan de reestructuración sin despidos presentado por Renault
El conflicto de la primera firma automovilística francesa, Renault que ha conocido huelgas importantes en los últimos días, agravando más aún la difícil situación de la empresa, se ha derretido casi de forma milagrosa es pocos segundos: el orden y la reanudación del trabajo han sido posibles gracias exclusivamente a mas declaraciones del director general de Renault (empresa nacionalizada en tiempos del general De Gaulle) Bernard Hanon, quien anteayer anuncié lo que se considera como un nuevo modelo social, no sólo en Francia sino en el mundo.
En efecto, Renault, si lo que dice su patrón se cumple al pie de la letra, realizará su reestructuración industrial sin despedir ni a un solo obrero. Renault ha sido, siempre el espejo social de este país, es decir, la empresa piloto, la más avanzada, la más mimada, en la que mejor son tratados los obreros. Tampoco hay que olvidar que esta firma, de 100.000 empleados, es una especie de coto privado de la central sindical más poderosa del país, la Confederación General de Trabajadores (CGT), controlada por el partido comunista. Esto último, en la época presente de encono creciente entre el Gobierno socialista por un lado, y los comunistas, la CGT en general y Renault en particular por otro lado, puede ser el brazo político del partido, debido al debilitamiento extremo de este último, que, en los últimos comicios nacionales, en junio pasado, sólo consiguió el 11 % del electorado, como la extrema derecha.
Pérdidas inquietantes
Durante años, Renault presentaba siempre cuentas y balances ejemplares, aunque esto se atribuía a los regalos del Gobierno. Pero la crisis se ha cebado también en esta firma, y actualmente ofrece un estado de salud inquietante: ya ha perdido en lo que va de 1984 alrededor de 3.000 millones de francos, y al final del ejercicio de este año se calculan en el doble las pérdidas. Del primer puesto europeo ha pasado al sexto, y la única esperanza comercial que en estos momentos le queda en el escaparate es el Súper-Renault 5, que fue presentado ayer. Como todos los constructores del mundo, Renault, a pesar de que el Gobierno había prometido lo contrario, tiene que someterse a las exigencias de la reindustrialización. Las huelgas de los últimos días estallaron precisamente y sobre todo porque se anuncié que sería necesario el despido de 15.300 empleados para sanear las finanzas de Renault.
La CGT (de la mano de¡ partido comunista) se plantó, hasta amenazar con la parálisis total de la firma, Pero la intervención del director general, Hanon, ha dejado a este país como soñando. ¿Qué propone la dirección de la Renault? Simplemente, que no habrá ni un solo despido. La fórmula será la siguiente: durante un año, un año y medio, y hasta dos años si fuese necesario, todos los obreros, técnicos y cuadros afectados por el recorte de efectivos serán reformados y pagados por la Renault en las nuevas tecnologías. Y además, al cabo de ese período de formación, serán empleados en el sector público o en el privado.
Todo esto, según, Hanon, se hará contando con el 7%, anual de aumento de productividad que le es imprescindible a Renault para equilibrar sus cuentas y para liquidar la deuda que tiene de 55.000 millones de francos. Los gastos su plementarios, que no se han valorado, no deben lesionar las necesidades de inversión. Todo ello va a ser negociado con los sindicatos que deben aceptar, de entrada, la movilidad de la mano de obra.
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