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LOS TRES`ETARRAS´, ENTREGADOS POR FRANCIA A LAS AUTORIDADES ESPAÑOLAS

Los piquetes de simpatizantes de ETA provocaron graves disturbios, pero fracasó la huelga general de HB

La actuación de piquetes, tras tres noches consecutivas de violenta agitación, fue decisiva en la repercusión alcanzada en determinadas zonas y sectores por la convocatoria de huelga general lanzada por Herri Batasuna y grupos afines, en el País Vasco y Navarra, en protesta por la concesión por el Gobierno francés de la extradición a España de tres presuntos etarras. El apoyo a la huelga, escaso pese a todo, fue mayor en Guipúzcoa que en las otras tres provincias, y tuvo más peso en el sector servicios que en el industrial y superior en las empresas pequeñas que en las grandes fábricas.

La Delegación del Gobierno en el País Vasco, basándose en informes de las direcciones provinciales de Trabajo y de las centrales UGT y, CC OO, cifraba, a las 13.30 horas, en un 7% el respaldo dado a la huelga (2,5% en Alava, 5% en Vizcaya y entre el 10% y el 15% en Guipúzcoa). Simultáneamente, Herri Batasuna hablaba de "gran incidencia en la mayoría de los sectores y absoluta en numerosas comarcas de Navarra, Guipúzcoa y Vizcaya, así como en las localidades alavesas de Llodio y Salvatierra".La vida social se vio ayer seriamente afectada como consecuencia de la actividad de los piquetes. A primera hora de la mañana fueron quemados, en distintos lugares, cuatro o cinco autobuses de transporte público que vinieron a sumarse a los destruidos total o parcialmente en los tres días precedentes. Numerosas amenazas de bomba, todas ellas falsas, en las sedes de la empresas de transportes públicos fueron determinantes en la interrupción de dicho servicio. Barricadas instaladas en la vía férrea impidieron la circulación de los trenes de cercanías hasta bien entrada la mañana. Lo mismo ocurrió en las carreteras de acceso a Pamplona, Bilbao, San Sebastián y otros centros urbanos.

En las capitales donostiarra vizcaina, así como en otras localidades, un buen número de establecimientos comerciales no llegaron a abrir sus puertas, si bien tal decisión pudo estar influida por los desmanes producidos en las tres noches anteriores: rotura de escaparates de comercios y lunas de oficinas bancarias en Éibar, Andoain, Oñate, Vergara, Amorebieta, Bilbao, Portugalete, Rentería, Azcoitia y muchas otras localidades de Vizcaya y Guipúzcoa, lanzamiento de botellas con líquido inflamable, utilización de vehículos para construir barricadas, en ocasiones prendiéndolos fuego, etcétera. Por otra parte, la Guardia Civil intervino para dispersar dos manifestaciones en Oñate y Placencia, localidades en las que ya sólo tiene competencias de actuación en orden público la Policía Autónoma vasca.

Puertas bloqueadas

Por lo demás, la mayoría de las oficinas bancarias y otros establecimientos públicos aparecieron con las cerraduras de sus puertas bloqueadas mediante clavos y silicona, lo que impidió su normal apertura.En algunos barrios, como los bilbaínos de Santuchu y Recalde, las tiendas cerraron bajo la presión de piquetes -formados por entre 10 y 20 personas-, pero volvieron a abrir una vez alejados aquéllos. Según fuentes oficiales, hacia media tarde se habían producido cerca de un centenar de detenciones, todas ellas, según dichas fuentes, de miembros de piquetes coactivos. Entre los detenidos figuraban Guillermo Perea, concejal de Vitoria por HB, y Tasio Erkizia, teniente de alcalde de Bilbao por la misma coalición. El dirigente del sindicato nacionalista radical LAB José Luis Cereceda, al denunciar tales detenciones, aludió al contraste entre Ia respuesta contundente del pueblo", y la represión fascista que estamos padeciendo, y que recuerda a los mejores (sic) años del franquismo".

En Baracaldo, nueve personas, cuatro de ellas policías nacionales, resultaron heridas, al parecer de escasa consideración, a consecuencia de la explosión de un cóctel molotov lanzado por los componentes de un piquete en el momento en que eran interceptados en las puertas de unos grandes almacenes. Los enfrentamientos más graves entre manifestantes y policías se produjeron en Tolosa, Reatería, Pasajes y Placencia. En Sopelana (Vizcaya) fue asaltada. la sede socialista local. En Sestao, un grupo de manifestantes obligó por la fuerza a cerrar las puertas del bar de la sede local del Partido comunista de Euskadi. Por la noche, 300 manifestantes ocuparon el casco viejo durante más de dos horas, y levantaron barricadas sin que la policía llegase a intervenir. Algunos, armados con barras de hierro, atacaron establecimientos bancarios del barrio. Finalmente, la policía, después de recibir importantes refuerzos, desalojé la zona sobre las 20.30 horas empleando material antidisturbios. De otra parte, en Bayona cuatro trenes que circulaban hacia España fueron inmovilizados durante una hora en las cercanías de la estación debido a que había sido interpuesta una barricada incendiada.

Por provincias, el seguimiento de la huelga fue mínimo en Vitoria y muy escaso en el resto de la provincia de Álava, excepto Llodio y Salvatierra. En Navarra sólo se registraron paros parciales aislados en la capital y algunos pueblos de la zona norte de la provincia. En Vizcaya se trabajó en todas las grandes empresas de ambas márgenes del Nervión, es decir, en aquellas en que es más decisiva la influencia de las centrales mayoritarias, que se oponían a la huelga, y en las que resulta más improbable la presión de piquetes minoritarios. Pese a ello, el sindicato LAB cifraba en un 85% la incidencia del paro "en la industria y el comercio de la provincia". Los paros más significativos se registraron en el sector de la enseñanza y pequeñas empresas de la zona costera vizcaína y algunos pueblos del interior.

En Guipúzcoa también trabajaron la mayoría de las grandes empresas siderometalúrgicas, pero se registraron paros significativos en el sector de la enseñanza y otros servicios públicos, incluyendo los ayuntamientos de San Sebastián, Tolosa, Rentería y Hernani.

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