Gigantes, cabezudos y 'castillos humanos', en las fiestas de la Mercè de Barcelona
Una veintena de gigantes y cabezudos acompañaron ayer al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y al alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, entre apretujones y aplausos, desde la basílica de la Mercé, donde se celebró la misa pontifical dedicada a la patrona de Barcelona, hasta el ayuntamiento, en la plaza de Sant Jaume. La muchedumbre, que abarrotaba la plaza desde las once de la mañana, esperó pacientemente, con los niños al hombro, hasta que los gigantes y cabezudos aparecieron por una de las cuatro esquinas.No faltó a la cita tampoco este año el cabezudo que representa a Picasso, que llegó seguido de una cohorte de sus persorajes más conocidos. En el Saló de Cent de la Casa Consisterial, mientras tanto, el president e de la Generalitat y el alcalde de Barcelona recibieron a una representación de las casas regionales de Barcelona, que acudieron, en su mayoría ataviados con trajes típicos.
Los gigantes y cabezudos se retiraron de la plaza en cuanto se hubieron inclinado ante las autoridades que se encontraban en en el balcón municipal, mientras la colla de Barcelona levantaba varios castillos humanos de los considerados más difíciles, que mantuvieron en vilo a los miles de personas que llenaban la plaza de Sant Jaume y la calle Fernando.
