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Solana: "Será difícil que los clubes reciban las ayudas que piden"

Luis Gómez

Javier Solana, ministro de Cultura, negó ayer, en declaraciones a EL PAIS, que la Administración se hubiera comprometido con los clubes de fútbol en algún tipo de ayuda económica procedente de las quinielas para, así, provocar una situación que generase un acuerdo que pusiera fin a la huelga de los futbolistas profesionales. En este sentido, Javier Solana afirmó que, dada la actual situación de estructuras del fútbol español, no se concedería ningún tipo de ayuda salvo que los clubes, por iniciativa propia, presentasen una serie de reformas en el ámbito de responsabilidad de los dirigentes y del saneamiento económico-financiero de sus entidades."La exigencia de responsabilidad a los directivos de clubes está siendo solicitada por jugadores y aficionados. Es un clamor popular", manifestó el ministro de Cultura. "Determinadas ayudas concedidas a algunos clubes en el pasado no han tenido utilidad, no han servido para sanear su situación económica, sino todo lo contrario. Entiendo que no se han llevado a cabo por los clubes las medidas de racionalización de sus estructuras financieras o económicas. Así, va a ser difícil que reciban de la Administración el apoyo económico que piden. Es preciso un cambio de mentalidad en los responsables de estas entidades antes de que se pueda hacer la que se ha dado en llamar operación de reconversión económica".

Javier Solana acaba de ver concluida la cuarta huelga de futbolistas, la primera en el período de gobierno socialista. Estima que se ha producido una desdramatización: "Creo que los españoles hemos vivido sin fútbol dos domingos y no ha pasado nada". Apenas ha intervenido directamente en las negociaciones, aunque reconoce que su labor consistió en intentar garantizar una serie de reivindicaciones sobre la ordenanza laboral y la Seguridad Social "que estimo justas y que en la opinión del Gobierno estaba el llevarlas a cabo; se ha tratado, en este caso, de acelerar un proceso que estaba en marcha".

Ante la especulación de que, para la conclusión de un acuerdo fue preciso que se garantizara alguna ayuda económica a los clubes de fútbol, Solana dijo: "No ha habido ninguna conversación en ese sentido, pero, a mi juicio, las garantías de que esa mejora financiera debe llegar más lejos las han de dar los clubes. No basta, por ello, con la actual situación que sefiala el Estatuto de la Liga Profesional, aunque se les indicó hace tiempo que intentaran profundizar más en el sentido del saneamiento económico y la responsabilidad de los directivos".

Durante el conflicto, diversos portavoces de ambas, partes especularon, en el sentido de que la huelga suponía un ataque contra la Administración o había una manipulación política de la huelga. Algunas de estas especulaciones se vinculaban a un futuro boicoteo de la actividad de la apuesta de quinielas. "Ésa es una interpretación maliciosa", señaló el ministro. "Lo que ha existido es una preocupación por que el ciudadano se sintiera incómodo al no poder tomar un avión, faltarle el autobús escolar o no poder ver un partido los domingos. Por otra parte, la Administración tiene previstos mecanismos alternativos si se produce un boicoteo a las quinielas y sólo nos preocupa que se prive al ciudadano de un tipo de apuesta que le gusta".

En la situación actual del fútbol español, cercana a un caos económico, los clubes de fútbol insistieron durante el conflicto en la necesidad de que el Gobierno tuviera, poco menos, que nacionalizar el fútbol profesional para evitar su quiebra. En este sentido, incluso, afirmaban algunas fuentes que determinados dirigentes procuraban que la situación se fuera deteriorando para obligar a la Administración a intervenir, antes de una paralización total: "No es un problema que deba resolver la Administración, sino que afecta a una parte de la sociedad, que es la que debe decir si le interesa o no el fútbol desde el punto de vista de que se trata de un espectáculo. La Administración debe preocuparse más por el apoyo al deporte popular, el de los ciudadanos, y no dedicarse a solucionar los problemas del mundo profesional. Que sea esa parte de la sociedad la que decida si quiere mantener el espectáculo o no, si los dirigen tes se merecen el apoyo que les piden y si están dispuestos a darlo".

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