Las hazañas de las grandes potencias

Al leer el artículo firmado por Richard Burt en EL PAÍS del día 3 de septiembre de 1984 se ha colmado el vaso de mi paciencia.Para que un norteamericano pueda, como el señor Burt y tantos otros, rasgarse las vestiduras por las actuaciones contrarias a los más elementales y fundamentales derechos de la persona, como es el de la vida, tiene que entonar un mea culpa en favor de las hazañas cometidas por sus antepasados más próximos y remotos para tener, al menos, categoría moral para tal rasgadura. Pues no deben olvidar que:

1. La raza negra estuvo esclavizada en su país durante muchos años. Hoy sigue fuertemente discriminada.

2. Con la raza india se cometió el más grande genocidio que los humanos conozcamos, dejándola practicamente extinguida.

3. El pueblo norteamericano tiene (ahora que todavía tenemos tan cerca los Juegos de la Olimpiada) el récord en bombas atómicas arrojadas sobre poblaciones civiles, pues cuenta entre sus conciudadanos al primero -y por ahora, gracias a Dios- y único ser humano que ordenó tal acción.

Finalmente, a mí también me parece una barbaridad la actuación soviética en relación con el avión de las líneas aéreas surcoreanas.-