Caro Baroja deja el Consejo de la RTV Vasca, ya que "poco podía hacer en ese organismo"
El antropólogo Julio Caro Baroja ha presentado su dimisión como miembro del Consejo de Administración de Radiotelevisión Vasca (ETB) por considerar, según declaró ayer a EL PAIS, que, "no siendo ni un técnico ni un político, poco podía hacer en un organismillo de este tipo". Tras su experiencia en un "medio que conocía sólo superficialmente", Caro Baroja ha sacado la conclusión de que la televisión, en el País Vasco y en toda España, "es un instrumento por el que los políticos tratan de poner la sociedad a su servicio en lugarde pot irse ellos al servicio de los ciudadanos".
El nombramiento de Julio Caro como decimoquinto miembro del consejo de ETB, apoyado por todos los grupos parlamentarios vascos, sirvió en su día para deshacer la situación de empate entre representantes del partido mayoritario, PNV, y de la oposición en su conjunto, que resultaba de la aplicación estricta de criterios de proporcionalidad en base a los resultados de las últimas elecciones autonómicas.La unanimidad suscitada entre los políticos por la figura del autor de Los Baroja dio pie, en algunos medios del País Vasco, para pensar que su presencia podría contribuir a alentar una cierta renovación en la vida,cultural vasca a través del poderoso medio televisivo.
Una aceptación ligera
El novelista Raúl Guerra Garrido se hacía portavoz de esa esperanza hace apenas una semana, en un artículo publicado en el suplemento de libros de EL PAIS, al considerar que tal nombramiento "es algo más que un pacto político es una oportunidad para racionalizar el miedio -la televisión vasca- y el país".Ahora Julio Caro considera que "fue quizá una ligereza aceptar el nombramiento desconociendo, como desconocía, les intríngulis de la cuestión". De todas formas, aceptó "con la idea de ir enterándome poco a poco de los mecanismos internos y ver que se podía hacer. Yo pensaba en una labor de asesoramiento y orientación cultural".
A tal fin solicitó la docunientación necesaria, "pero tras leer los papeles que me enviaron y asistir a una de las reuniones del Consejo, que además me tocó presidir, me he dado cuenta de que se trata de un organismo formado por personas que actúan en representación de los partidos que les han designado, y que alguien como yo, sin conexiones políticas de ningún tipo, poco piadía aportar".
A juicio del sobrino de Pío Baroja, la televisión es, en teoría, "una herramienta excelente para impulsar la cultura", pero el problema es que "aquí, y me refiero no sólo al País Vasco, sino al conjunto de España, todo se supedita a la lucha electoral, y así no se puede avanzar".
En el caso de la televisión vasca -que emite íntegramente en euskera, excepto un informativo diario de 30 minutos-, "las decisiones fundamentales, por ejemplo respecto a la programación, criterios lingüísticos y demás, están ya tomadas por los políticos, y más concretamente por el partido mayoritario, por lo que la capacidad de intervención del Consejo es muy reducida".
En la reunión que presi.dió Caro Baroja "se habló, por una parte, de temas muy técnicos, ingenieriles, sobre los que no estoy cualificado para opinar, y por otra, de cuestiones como que tal o cual locutor tiene una pronunciación deficiente en lengua vasca. Pero en los temas de fondo las decisiones estaban ya tomadas por los políticos. Así es que, tras meditarlo durante 15 días, decidí presentar la dimisión".
Los criterios de los lingüistas puros
Por otra parte, en una entrevista publicada ayer mismo en el diario nacionalista Deia, el director general de Radiotelevisión Vasca, Andoni Areízaga, declaraba que el objetivo fundamental de ETB, cuyo presupuesto para 1985 será de 4.000 millones de pesetas, es el de "servir de soporte a la lengua y a la cultura vascas", por lo que "nuestra orientación no es exclusivamente la de obtener una mayor audiencia".En relación a tal planteamiento, Julio Caro comentó que "sobre los criterios lingüísticos aplicados en la radio y la televisión vascas albergo las mismas serias dudas que "sobre la política lingüística en general que se está haciendo hoy en el País Vasco, y que se caracteriza tanto por un exceso de carga ideológica como por una evidente falta de visión socio-lingüística".
"Lo que impera", añadió Julio Caro Baroja, "son los criterios de los lingüístas puros, que no tienen en cuenta la situación real, especialmente en Vizcaya y Álava, donde el número de vascohablantes es muy reducido, por lo que no es necesario ser un profeta para prever que enfrentamientos como los producidos estos días en Mondragón y otros lugares serán la norma y no la excepción".
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