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Los socialdemócratas suecos se enfrentan a una crisis de identidad ante el futuro

, Los socialdemócratas suecos inauguran hoy su 29º congreso en Estocolmo y durante una semana deliberarán, bajo la batuta del primer ministro, Olof Palme, sobre los principales problemas que afectan al país y al partido. La continuidad o el cambio del modelo sueco con vistas al preservar el Estado de binestar existente, la reducción del índice de paro y la paz interna e internacional son temas sobre los cuales estará centrado el interés de los debates. Con 1.200.000 afiliados, el Partido Socialdemócrata, el mayor del país, recuperó el gobierno del país en septiembre de 1982, una vez transcurridos dos períodos sucesivos de Gobiernos conservadores.

A pesar de ello, en sus filas se trasluce una especie de crisis de identidad, al dar la impresión de que el partido ha perdido su capacidad de convocatoria de cara a unas bases a las que ha resuelto sus principales problemas de orden material a través de sucesivos gobiernos.Diversas circunstancias, internas y externas, hacen que el 29º congreso aparezca rodeado de un marco de expectación inusual y sea considerado uno de los hechos políticos más importantes del país. Dentro de un año habrá elecciones generales de las que saldrá el nuevo Gobierno. Todo indica que la lucha electoral será dura y diferente a lo que tradicionalmente ha sido en Suecia. No solamente los problemas económicos y políticos internos, sino, con más evidencia aún en la política exterior, la brecha entre los partidos derechistas (entre los cuales el conservador predomina por su número y coherencia de objetivos) y el socialdemócrata se ha profundizado y en algunos temas se ha vuelto irreconciliable.

El Partido Conservador obtuvo un 24% del total de votos en la pasada elección; actualmente las encuestas de opinión le asignan una cifra cercana al 28%. Por su parte, el Partido de Centro acaba de concretar una alianza electoral con el Partido Cristiano, sin representación en el Parlamento, que se prevé engrosará el caudal de votos del bloque conservador. Pese a los logros incuestionables del Gobierno de Palme, particularmente en lo que se refiere a la economía, las próximas elecciones no se presentan muy claras para el partido.

La derecha ha realizado una sistemática campaña destinada a erosionar la figura de Palme y del Gobierno, contando para ello con la colaboración de los principales diarios del país, incluídos los que no son oficialmente portavoces de posiciones conservadoras. Internamente se ha acusado al Gobierno de Palme de conducir al país a una colectivización de la economía, similar a la existente en los países del Este. Curiosamente, sin embargo, las ganancias de las empresas suecas en los dos primeros años de gobierno socialdemócrata han sido comparables a las de los mejores años de la posguerra.

La campaña contra los fondos de asalariados que aún se mantiene desde que éstos comenzaran a funcionar movilizó, y llevó recientemente a las principales figuras de la derecha a encabezar una multitudinaria manifestación callejera, algo bastante insólito en la política del país. La calle había sido hasta entonces patrimonio de la izquierda.

La política exterior del partido y del Gobierno socialdemócrata será otro tema que el congreso discutirá. Es uno de los aspectos más consecuentemente defendido por sectores del partido y por el primer ministro. Son conocidas las distintas iniciativas en el plano internacional que éste ha propuesto de cara al desarme, a la congelación de las armas nucleares y al mejoramiento de las relaciones internacionales para prevenir la amenaza de la catástrofe general.

La neutralidad sueca, sobre la cual ha existido desde siempre un consenso más allá de los partidos, muestra divergencias cada vez más hondas entre el Gobierno socialdemócrata y el bloque conservador.

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