El exceso de confianza cuando se inició el fuego y la escasez de medios materiales y humanos, factores clave del drama
La tragedia ocurrida en la isla de la Gomera el pasado martes, que se ha saldado con 16 muertos, ha podido tener sus causas, además del posible error humano, en un exceso de confianza de los responsables de la extinción del incendio iniciado la noche del lunes, día 10, y en una alarmante escasez de medios materiales y humanos para la extinción de las llamas.Estos factores adversos adquieren importancia especial en la isla, debido a las condiciones accidentadas de su geografia y a los precarios medios de comunicación de que está dotada la misma. La Gomera no posee aeropuerto. El transporte interinsular se realiza mediante trasbordadores que invierte en la travesía a Tenerife, (30 kilómetros), una hora y media.
En la isla no hay parque de bomberos. Sólo puede disponer de 15 guardias civiles. El Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) tiene sólo cuatro guardas forestales y un camión moto-bomba con capacidad para 3.000 litros. La Cruz Roja carece de personal sanitario y posee sólo cuatro ambulancias, mientras los servicios de Protección Civil, cuya responsabilidad recae en el delegado insular del Gobierno, sólo poseen la colaboración voluntaria de los radioaficionados de la isla.
Los primeros equipos contra incendios en llegar a la isla de Gomera, desde Tenerife, lo hicieron 12 horas después de iniciarse el fuego. Viajaron en el ferry Benchijigua, en el mismo viaje en que lo hacía el malogrado gober nador civil de la provincia.. Se trataba de diverso material de extinción y de un camión moto bomba, con 3.000 litros de agua así como de un camión de abastecimiento y dos vehículos ligeros. No pudo acompañar a Afonso Carrillo el ingeniero jefe de Icona en Tenerife, José Miguel González, que regresó la noche de ayer de Madeira y que tuvo que viajar a la isla, desesperadamente, en un pesquero. Hasta nueve horas más tarde, seis después de la noticia del luctuoso suceso, no pudieron ser enviados más medios materiales y humanos para colaborar en el control del fuego con los exiguos recursos existentes en la isla.
A las 20.30 hora canaria partía del mismo puerto tinerfeño de Los Cristianos un contingente de 116 soldados, pertenecientes a la primera compañía de zapadores del Regimiento 49 de infantería. En el mismo barco fueron trasladadas siete ambulancias y dos automóviles todo terreno con 55 sanitarios. En el hospital insular de la Gomera 12 médicos, 14 ATS y 45 auxiliares se encontraban al borde del infarto para atender la avalancha de quemados. De otra parte, la Guardia Civil reclutaba a 80 números que estaban francos de servicio.
Dos autobombas-tanque, con 2.500 litros cada uno, y un coche auxiliar.Land Rover, junto a ocho bomberos, fue la aportación realizada por el parque de bomberos de Tenerife, que también zarpó en el barco de las 20.30 horas del martes.
El gobernador Francisco Afonso había recibido la primera noticia del incendio a las 11.23 (hora canaria) del lunes, una hora después de que se iniciara el siniestro, que al principio no revestía mucha importancia. A la mañana siguiente se trasladó a la isla, en el barco de las 10 (hora canaria). Iba confiado en volver esa misma tarde. Nada más llegar al puerto de San Sebastián de La Gomera se dirigió al lugar de las llamas confiado en que el fuego estaba casi controlado.
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