Martina Navratilova aspira a lograr hoy su sexto título consecutivo en un torneo del Grand Slam
Martina Navratilova aspira a conseguir hoy su sexto título consecutivo en un torneo del Grand Slam. Martina se clasificó ayer para la final del Open de Estados Unidos de tenis al vencer en semifinales a la australiana Wendy Turnbull por 6-4 y 6-1. Su rival será la estadounidense Chris Evert, que derrotó a la canadiense Carling Basset por 6-2 y 6-2. También hoy se disputan las semifinales masculinas entre los norteamericanos Jimmy Connors y John McEnroe, por un lado, y el checoslovaco Ivan Lendl y el australiano Pat Cash, por otro. En la final de dobles masculinos, ayer, el checoslovaco Tomas Smid y el australiano John Fitzgerald derrotaron a los suecos Stefan Edberg y Anders Jarryd por 7-6, 6-3 y 6-3.
Martina Navratilova sólo tuvo problemas en el primer set de su partido contra Turnbull. Perdió dos veces su servicio, pero acertó a romper en tres ocasiones el dé la australiana. Siempre al ataque, Martina habría podido acabar más rápido su trabajo si su primer servicio hubiese entrado. "Martina estaba algo nerviosa en la primera manga", dijo Turnbull. "Cuando ganó el set, se tranquilizó y comenzó a jugar mejor". Turnbull e basa en estos nervios para considerar que "Martina no es imbatible. Chris Evert está jugando muy bien, pero creo que sólo una jugadora de servicio y volea puede causarle problemas".La semifinal entre Chris Evert y Carling Basset pareció un enfrentamiento entre hermanas. La mayor, Chris, con más experiencia, velocidad, fuerza, consistencia y picardía. La menor, Carling, con muchas ilusiones y más agresividad, pero con menos recursos. Las dos juegan exactamente igual. Cogen la raqueta con las dos manos para golpear de revés, actúan con un estilo femenino, lejos de la rudeza de Martina, y se mantienen casi siempre en el fondo de la pista, pudiéndose contar con los dedos de una mano las veces que subieron a la red. Naturalmente, la hermana mayor ganó a la pequeña. Chris ya tiene el doctorado en el juego de fondo y Carling acaba de pasar la selectividad.
Basset, de 16 años, tiene un futuro halagüeño; "figurará entre las 10 primeras", dijo Chris, quien, a sus casi 30 años, está muy bien físicamente y goza de las ventajas que la mentalidad reposada y madura le dan. En la conferencia de prensa, Carling aprovechó para atacar a Hana Mandlikova, quien había dicho que a la canadiense no le preocupaba ganar o perder porque su padre es millonario. Basset dijo que "es una de las más grandes estupideces que he oído. Según esta teoría, a Martina tampoco le ha de importar ganar o perder, pues las 15 primeras; jugadoras del mundo son millonarias. Es algo más lo que te hace luichar por el triunfo". Chris lo explicó más tarde: "Como dijo Billie Jean King en una ocasión, no es que me guste ganar, sino que odio perder. Eso es lo que sentiré cuando salga a la pista para derrotar a Martina".
Navratilova defiende este año su primer título del torneo conseguido en 1983. Desde entonces ganó consecutivamente el Open de Australia, Roland Garros en 1983 y 1984 y Wimbledon. Evert ha ganado el Open de Estados Unidos 6 veces.
McEnroe logró clasificarse para la semifinal masculina al vencer en la madrugada del viernes a su compatriota Gene Mayer por 7-5, 6-3 y 6-4. Para McEnroe fue el partido más duro de todo el campeonato. Hasta los cuartos de final solamente había perdido 16 juegos en cuatro partidos. Mayer, que coge la raqueta con las dos manos tanto de drive como de revés, molestó a McEnroe con bolas lanzadas a los rincones y con passing-shots y lobs que muchas veces superaron a su rival. Pero el dominio de McEnroe, que juega mejor cuando más lo necesita, parece ya tan impresionante como el de Navratilova entre las mujeres. Mayer es de esa opinión: "Creo que, si McEnroe no tiene un mal día, nadie es capaz de ganarle".
McEnroe domina en su historial personal de enfrentamientos por 16 a 12 a Jimmy Connors. Ha vencido en los siete últimos partidos. Tras el tremendo 6-1, 6-1 y 6-2 de la final de Wimbledon, McEnroe volvió a ganar a Connors en Toronto, pero cedió un set: 2-6, 6-2 y 6-4. "Con Connors enfrente", dijo ayer McEnroe, "nunca sabes lo que puede pasar. No tiene nada que perder y eso le hace más peligroso". Connors se ha ganado al público con frases como "me gustan los espectadores de Nueva York porque quieren ver cómo dos chicos intentan matarse en una pista. Para mí, es el momento culminante del año".
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