Gerulaitis, el animador
El jugador estadounidense Vitas Gerulaitis se está convirtiendo en el animador del torneo de Flushing Meadow. Hasta ahora, Gerulaitis ha ocupado las primeras páginas de las secciones deportivas de todos los diarios neoyorquinos. Y no por su juego, sino por sus palabras.Todo comenzó el pasado jueves. Tras ganar a Derek Tarr -el número cien en la clasificación de la ATP-, Gerulaitis dijo: "Martina Navratilova es, lejos, la mejor atleta entre las mujeres. Debería ser aplastada por un taxi para perder un partido. Pero apuesto mi casa ahora mismo a que el jugador número 100 en el circuito masculino la ganaría.
Martina reaccionó mal al principio -"Si escojo la pista, y el número cien es el idóneo y solo saca una vez, quizás pueda ganar", pero cerró la polémica ayer, al reconocer que "comparar a un hombre y una mujer en el tenis es como una pelea entre un peso ligero y un peso pesado. Los hombres son mejores jugadores, es obvio. Son más fuertes y más rápidos.- Antes, Cris Ever había dicho que "hasta el número mil masculino puede ganar a la mejor jugadora".
Punto y aparte. Gerulaitis, buen conocedor del carácter neoyorquino, -es uno de los miembros de la set jet de esta ciudad-, se aseguró seguir ocupando espacios privilegiados en los diarios con una explicación bien condimentada de su victoria en cinco sets sobre el desconocido Ken Flach en un día sin resultados extraordinarios: "Mi despertador no funcionó y no pude desayunar", explicó con sentido novelesco Gerulaitis. "Gané los dos primeros sets, pero en el tercero sentí que tenía un agujero en el estómago. Tras perder el tercer set, le pedí a un amigo que fuese a buscar algo para comer. Me trajo un enorme bocadillo de roast-beef y cuando lo vi casi me mareo. Le pedí algo más digestivo y me trajo una ensalada de frutas". Gerulaitis, ya con el estómago lleno, ganó el partido en el quinto set.
Tampoco dejó pasar la oportunidad de bromear aún más sobre la polémica que él había iniciado: "anoche, cuando yo no estaba en casa, Derek Tarr, el número cien masculino, llamó a mi madre. Este pobre chico no puede dormir".
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