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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Luís Araquistain y el PSOE

El pasado día 6 publicaba EL PAIS una tribuna libre suscrita por don Felipe Traseira, con ocasión de cumplirse cinco lustros de la muerte de Luis Araquistain. En la misma, y con independencia de su orientación ideológica -Araquistain reformista-, así como de la aportación de alguna obra del mismo, hasta ahora desconocida en las bibliografías especializadas, se indica textualmente que a raíz de la escisión comunista de 1921 el personaje citado "se daría de baja en el partido (PSOE). No volviendo a estar afiliado, si bien seguiría trabajando en pro del mismo".Para cualquier interesado en nuestra historia más reciente, este aserto le tiene que resultar, cuando menos, chocante. ¿Por qué? Pues por la razón de que Araquistain, sin militar en el partido, fuera por tres veces consecutivas diputado socialista (1931, 1933, 1936), subsecretario del Ministerio de Trabajo y posteriormente embajador en Berlín. No, en los años citados el PSOE carecía de consejeros áulicos, o asesores independientes, y Araquistain no fue una excepción. Este error no es la primera vez que se reproduce, y el autor, quizá sin citarlo, lo puede haber recogido del excelente trabajo de M. Bizcarrondo, sobre Araquistain y la crisis socialista en la ll República, en el que la interpretación de una frase del citado escritor indujo a error a su autora. Luis Araquistaín permaneció desafiliado, ya que no separado, del PSOE durante ocho años. El 22 de mayo de 1929 pedía su reingreso en el partido, siendo avalada su solicitud, como era costumbre, por dos militantes reconocildos: Julián Besteiro y Andrés Saborit. No esperó, pues, como señala Javier Tusell en su interesante y reciente trabajo sobre nuestro autor, "hasta los tiempos de la II República". Los datos citados pueden comprobarse en El Socialista de las fechas señaladas.

Araquistain, para concluir, militó desde su reincorporación ininterrumpidamente en el PSOE. Una vez en el exilio, y pese a sus duros enfrentamientos tácticos con Prieto y Llopis, cumplió delicadas misiones, que le encomendó el partido, al tiempo que ostentó el cargo de vocal en el comité nacional del mismo, hasta que la muerte le recogió en Ginebra.- secretario de la Fundación Pablo Iglesias.

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